
Un centro de rescate animal de Los Angeles, Estados Unidos, recibió una llamada urgente. Les informaron que un perro había sido golpeado brutalmente y lanzado a un canal desde una altura de 10 metros. Los voluntarios del centro se acercaron al lugar, y la primera impresión que se llevaron era espantosa. Un pequeño de meses, tiritando sobre una bolsa plástica para sortear el frío y el agua que pasaba por debajo. Cuando lo tomaron descubrieron que le habían cortado una de sus patitas traseras de manera brutal. Lo llevaron al hospital y el veterinario a cargo dijo que era un milagro que aún estuviese con vida. Pero la verdad, es que eso fue sólo el comienzo de la conmovedora historia de Jordan…
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