miércoles, 31 de octubre de 2018

Paralizadas las adopciones de gatos negros para salvarlos de la muerte en rituales satánicos de Halloween


Gato negro al acecho
Las protectoras y refugios de animales paralizan la adopción de gatos completamente blancos o negros en las fechas próximas a la celebración de Halloween ya que, según informa Levante-EMV, existen grupos minoritarios en España que practican rituales satánicos en estas fechas que incluyen el sacrificio de estos animales.

 
Existen grupos satánicos en España, eso sí, minoritarios, que celebran Halloween derramando sangre de gatos completamente negros o blancos para invocar el mal a alguna persona. Parece que se trata de una historia rocambolesca de una película de terror, pero lo cierto es que las protectoras de animales han tomado medidas y muchas de ellas paralizan la adopción de estos felinos para evitar este aberrante maltrato animal.

Según informa Levante-EMV, las protectoras y asociaciones animalistas apuntan que se sacrifican gatos completamente blancos o negros, sin ninguna mancha y vírgenes. Lo que se buscan en ellos es la "pureza", por lo que nunca son mayores de seis meses.
Su macabro procedimiento consiste en montar altares en los que el felino es degollado con velas coronando el retablo de color negro y blanco: si se desea el bien a alguien las velas son impares y si por lo contrario se desea el mal deben ser impares.

martes, 30 de octubre de 2018

Un santo y mártir de cuatro patas: la historia del valiente perro de San Roque


San Guinefort quizás sea uno de los santos más sorprendentes del cristianismo. 
Este santo único del siglo XIII ni siquiera era un ser humano, sino un galgo.
 Tras haber protegido valientemente a un bebé en un episodio que acabó con la muerte del animal, y por los rumores de milagros acaecidos en su lugar de enterramiento, Guinefort fue declarado ‘santo para la protección de los niños.’
El perro de San Roque
Según crónicas de la época, la historia de San Guinefort empieza con la de San Roque, santo patrón de los perros. A lo largo de su vida, San Roque cuidó de enfermos. 
Su interacción con ellos, sin embargo, tuvo finalmente como resultado que el santo acabara siendo víctima a su vez de la peste. 
Fue entonces expulsado y confinado en un bosque, donde se le abandonó para que muriera. Fue entonces cuando el perro de San Roque, al parecer de nombre Guinefort, llevó comida al santo hasta que éste se curó. 
Tras la muerte de San Roque, su perro fue adoptado por una familia de la nobleza.
Aunque parece ser un vínculo lógico, el inconveniente de asociar a San Roque con San Guinefort es que el relato del perro-santo tuvo su origen en el siglo XIII, mientras que San Roque vivió en el siglo XIV, lo que hace bastante improbable que ambos personajes se conocieran.
San Roque. ( Public Domain )
La historia de Guinefort
La historia de Guinefort la encontramos en una obra conocida como De Supersticione , escrita por Esteban de Borbón, historiador e inquisidor medieval que vivió en el siglo XIII. 
De Borbón da testimonio de que se topó con la historia de San Guinefort cuando se encontraba en Lyon, Francia, donde estaba “predicando allí contra la brujería y escuchando confesiones”.
 En este tiempo oyó a muchas mujeres confesar que llevaban a sus hijos a San Guinefort, de modo que decidió investigar más profundamente esta devoción.
Place Carnot, Lyon ( Public Domain )
De Borbón descubrió que San Guinefort fue un galgo que había pertenecido a cierto señor feudal propietario de un castillo. 
Este castillo se encontraba en las tierras que pertenecían al señor de Villars-en-Dombe, cerca de un lugar llamado Villeneuve. 
El señor del castillo tenía una esposa y un hijo de muy corta edad. 
Cierto día, el señor, su esposa y la niñera del bebé se encontraban fuera del hogar familiar, habiendo dejado al bebé en su cuna. 
Durante el tiempo que pasaron fuera, una serpiente –símbolo tradicional del mal en aquella época– entró en la casa y empezó a acercarse lentamente al niño. Guinefort, que había quedado al cuidado del bebé, vio la serpiente y la atacó. 
Tras la lucha subsiguiente, el galgo consiguió matar a la serpiente y arrojar el cuerpo sin vida del reptil lejos de la cuna. La sangre de la serpiente, no obstante, había manchado la cuna, además de la cabeza y la boca del perro.
Cuando volvió la niñera encontró sangre por todas partes. Pensando que Guinefort había dado muerte y devorado al niño, lanzó un fuerte grito que alertó a la madre del pequeño.

Cuando ésta acudió y vio la escena con sus propios ojos también chilló, lo que atrajo a su marido a la habitación.
 El señor desenvainó entonces su espada y dio muerte al perro, decapitándolo. Cuando los tres se acercaron a la cuna observaron que el niño no estaba herido y parecía dormir plácidamente. 
También vieron el cadáver de la serpiente a la que había dado muerte Guinefort. 
Avergonzados por lo que le habían hecho a su fiel perro, arrojaron el cuerpo del pobre animal a un pozo situado ante las puertas del castillo, colocaron un gran montón de piedras sobre su cadáver y plantaron algunos árboles cerca del pozo para honrar su memoria.


La serpiente yace hecha pedazos junto a la cuna del niño mientras el padre del pequeño decapita a Guinefort. ( Public Domain )
Venerado como mártir
Solo fue más tarde cuando los campesinos de la zona supieron de la historia del perro y empezaron a visitar el lugar, venerando al perro como mártir con la esperanza de que intercediera por ellos.

 De Borbón dice de estos aldeanos que “eran seducidos y a menudo engañados por el Diablo, que esperaba de este modo conducir a los hombres al error.” 
Sin embargo, se tuvo noticia de numerosos milagros ocurridos junto a la tumba del animal, por lo que finalmente las gentes del lugar declararon al perro santo protector de los niños.
San Guinefort moribundo tras haber dado muerte a la serpiente.
Aunque San Guinefort no ha sido nunca reconocido por la Iglesia Católica (la obra de Esteban de Borbón, por ejemplo, pone de manifiesto el tipo de oposición que planteaba en casos así la jerarquía eclesiástica), los fieles seguidores del santo de cuatro patas le han seguido rindiendo homenaje desde entonces hasta nuestros días.
Imagen de portada: Ilustración de la historia de San Guinefort. ( Adam Davis )

lunes, 29 de octubre de 2018

Los animales se están haciendo más nocturnos para evitar a los humanos

Especies diurnas de todo el planeta han aumentado su actividad durante la noche allí donde hay presencia humana

 

Un grupo de jabalíes buscan comida en una calle de Barcelona. 
Un grupo de jabalíes buscan comida en una calle de Barcelona.
Animales que llevan millones de años siendo diurnos se están pasando a la noche. Ya sean grandes o pequeños, de bosque o sabana, depredadores o presas, especies de todo el planeta están trasladando el grueso de su actividad al horario nocturno. Un amplio estudio señala a la expansiva presencia humana como la causa de unos cambios que pueden trastocar la dinámica de ecosistemas enteros.
El impacto de los humanos sobre la vida salvaje tiene muchas aristas. La más evidente es la contracción del espacio disponible para los animales a medida que la raza humana se ha ido expandiendo por el planeta. Además, estos espacios naturales son cada vez más reducidos y cuarteados y su calidad se reduce con cada infraestructura nueva que los cerca. Una de las consecuencias de todo esto es que los animales se mueven cada vez menos en las zonas con presencia humana y se refugian en zonas cada vez más reducidas. Pero hay otra forma de esconderse de los humanos: salir cuando ellos se acuestan.
Un grupo de investigadores de EE UU ha comprobado el carácter global de esta traslación de la vida animal a las horas en las que el gran depredador diurno descansa. Recopilando los resultados de decenas de estudios sobre los movimientos de unas 60 especies de mamíferos de los cinco continentes, los científicos han comprobado que, allí donde hay una perturbación humana, los mamíferos son, de media, 1,36 veces más nocturnos. Esto significa que un animal que, sin perturbaciones, distribuye por igual sus actividades entre el día y la noche, aumentaría su actividad nocturna hasta el 68%.
En conjunto, los mamíferos se vuelven 1,36 veces más nocturnos en presencia de perturbaciones humanas
"Hay evidencias que sugieren que animales de todas partes están ajustando sus patrones de actividad diaria para evitar a los humanos en el tiempo, ya que cada vez les resulta más difícil evitarnos en el espacio", dice la investigadora de la Universidad de California en Berkeley (EE UU) y principal autora del estudio, Kaitlyn Gaynor. "Como las personas son más activas por el día, los animales se están pasando a la noche", añade. Este traslado se produce ya se trate de herbívoros o grandes carnívoros como el tigre. El patrón se repite tanto en los mamíferos más pequeños como la zarigüeya, como en los que pesan más de 3.500 kilogramos, como el elefante africano.
Lo más llamativo de esta revisión, publicada en la revista Science, quizá sea que los animales se están haciendo más nocturnos independientemente del nivel de peligro que supongan los humanos "Esperábamos encontrar una tendencia de aumento de la nocturnidad en las cercanías de los humanos, pero nos ha sorprendido la consistencia de los resultados, Los animales responden a todos los tipos de perturbación humana, sin importar si realmente supone una amenaza directa", añade.
El trabajo de Gaynor se apoya en decenas de estudios que usaron diversas técnicas de rastreo (balizas, collares con emisores de radio, GPS, fototrampas u observación directa) de los movimientos de los animales ante un abanico de presencias humanas, desde excursionistas a cazadores, pasando por campos de cultivo o carreteras. Uno de esos estudios rastreó a una especie tan oportunista como el zorro por tierras de Castilla-La Mancha en una serie de entornos de menor (parque nacional de Cabañeros) a mayor presencia humana (alrededores de Ciudad Real).
"Los animales están ajustando sus patrones de actividad diaria para evitar a los humanos en el tiempo"
Kaitlyn Gaynor, bióloga de la Universidad de California en Berkeley
"Aunque es un animal crepuscular, cuanta más perturbación humana, el zorro tendía a reducir su actividad diurna", dice el biólogo de la Universidad de Málaga y coautor de aquel estudio, Francisco Díaz. Para los zorros más nocturnos, se producía un desajuste temporal con su principal presa, el conejo, eminentemente diurno. Por fortuna para ellos, los raposos están entre los animales más adaptativos. "Pero hay otras especies con millones de años de adaptación a una conducta diurna que no son tan plásticos", recuerda Díaz.
Las consecuencias de este traslado a la noche de tantas especies aún son inciertas. En principio, parecería que el abandono del día en favor de los humanos facilitaría la coexistencia entre estos y los animales. Pero un cambio tan generalizado y rápido de unos patrones de actividad moldeados durante milenios puede alterar todo un ecosistema. "En el caso de los depredadores no adaptados a cazar por la noche, se podría producir un aumento de la población de los ungulados que eran sus presas, lo que afectaría a la disponibilidad de cubierta vegetal, produciéndose un efecto en cascada", comenta la investigadora de la Universidad Radboud, de Nimega (Países Bajos), Ana Benítez.
Para la ecóloga española, que también ha investigado los distintos impactos humanos sobre la vida animal, lo más relevante de esta investigación es que confirma una hipótesis planteada en los años 60 por el biólogo Fritz R. Walther: "Los animales responden igual ante los humanos, siempre nos ven como depredadores", comenta. Eso lleva a plantearse si el impacto de un cazador puede ser el mismo que el de un excursionista amante de la naturaleza. Para Gaynor, su investigación "sugiere que basta nuestra mera presencia para interferir en los patrones naturales de conducta",.
En los sitios cercanos a áreas pobladas, los animales realizan hasta un 90% de sus actividades durante la oscuridad.
En los sitios cercanos a áreas pobladas, los animales realizan hasta un 90% de sus actividades durante la oscuridad. Foto: AFP

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: https://www.elcomercio.com/tendencias/animales-nocturnos-sobrevivir-habitat-conservacion.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
En los sitios cercanos a áreas pobladas, los animales realizan hasta un 90% de sus actividades durante la oscuridad. Foto: AFP En los sitios cercanos a áreas pobladas, los animales realizan hasta un 90% de sus actividades durante la oscuridad. Foto: AFP 0 valore Indignado 0 Triste 1 Indiferente 0 Sorprendido 1 Contento 0 Redacción Tendencias LEA TAMBIÉN Las actividades humanas están obligando a los animales a modificar sus hábitos. Osos, leopardos, jabalíes y lobos son algunos de los principales afectados por el avance de las zonas pobladas y la reducción de los bosques. Un estudio publicado recientemente en la revista Science muestra los impactos directos de los humanos sobre las especies de vida silvestre. Ya sean actitudes agresivas, como las actividades extractivas, o comportamientos inofensivos, como el turismo, la presencia de las personas está causando que los animales adopten hábitos más nocturnos. El reporte a cargo de un grupo de científicos estadounidenses muestra que en las zonas donde hay más presencia humana, los animales ahora son 1,36 veces más nocturnos que antes. Esto significa que el 68% de sus actividades se lleva a cabo en la oscuridad, a diferencia de las especies que habitan en zonas deshabitadas o más lejanas, quienes realizan solo el 50% de sus acciones en horas de la noche. Kaitlyn Gaynor, investigadora de la Universidad de California en Berkeley y autora principal del estudio, explica que, aunque esperaban una tendencia hacia el incremento de la vida nocturna, se sorprendieron por la consistencia de los resultados. De los 144 casos estudiados, en el 83% se pudieron evidenciar claramente estos patrones. Los jabalíes en Polonia son unos de los más afectados. Foto: Tobias Schwarz/AFP Ampliar Los jabalíes en Polonia son unos de los más afectados. Foto: Tobias Schwarz/AFP “Solo nuestra presencia ya es motivo para que los animales modifiquen sus hábitos de conducta”, dice Gaynor, quien se esforzó en demostrar que este fenómeno se repite en todas las regiones del mundo. Su motivación principal para realizar este estudio fue mostrar los impactos que los humanos están causando en las especies, más allá de la destrucción del hábitat o la caza. “Estamos llevando a los mamíferos nuevamente a la oscuridad”, explica la investigadora. En el pasado, estas especies eran nocturnas debido al temor de encontrarse con los dinosaurios, su mayor amenaza, durante el día. Solo después de su extinción, los mamíferos volvieron a explorar el mundo en las mañanas. Ahora que los humanos se han convertido en sus mayores depredadores, los animales nuevamente perciben a la oscuridad como un refugio para estar a salvo. El oso malayo es uno de los principales ejemplos. En los hábitats menos intervenidos de Indonesia, estos animales realizan un 19% de sus actividades en la noche, a diferencia de las zonas más perturbadas, donde el 90% de su agenda se lleva a cabo en la oscuridad. Algo similar ocurre con los leopardos en Gabón (África). En áreas libres de caza, estos animales realizan el 46% de sus acciones en la noche, mientras que en las zonas donde hay cacería la cifra sube al 93%. En países como Polonia, los jabalíes que viven en el bosque destinan el 48% de su tiempo a las actividades nocturnas, a diferencia de los que están en el área metropolitana, los cuales llevan a cabo el 90% de sus acciones en la noche. Las consecuencias de estos cambios de comportamiento en las poblaciones de animales y en cada espécimen aún no son claras. Según la investigadora, este fenómeno puede ocasionar que tengan inconvenientes para encontrar su comida, no puedan escapar de sus predadores, tengan nuevos competidores o se les dificulte comunicarse con otros de su especie en la oscuridad. Incluso, sus ciclos de reproducción podrían modificarse. Este cambio de comportamiento de los animales también refleja un mecanismo de supervivencia. Existen especies que podrían cambiar sus hábitos para convivir con los humanos, sin necesidad de extinguirse. Gaynor dice que hace falta mayor investigación para conocer si estas modificaciones de comportamiento están teniendo consecuencias negativas para las especies vulnerables o si, por otro lado, están desarrollando formas de coexistir con las interferencias humanas en los ecosistemas. Para los investigadores lo más importante es preservar áreas libres de la huella de las personas, ya que no todos los animales pueden cambiar sus hábitos para sobrevivir.

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1045 En los sitios cercanos a áreas pobladas, los animales realizan hasta un 90% de sus actividades durante la oscuridad. Foto: AFP En los sitios cercanos a áreas pobladas, los animales realizan hasta un 90% de sus actividades durante la oscuridad. Foto: AFP 0 valore Indignado 0 Triste 1 Indiferente 0 Sorprendido 1 Contento 0 Redacción Tendencias LEA TAMBIÉN Las actividades humanas están obligando a los animales a modificar sus hábitos. Osos, leopardos, jabalíes y lobos son algunos de los principales afectados por el avance de las zonas pobladas y la reducción de los bosques. Un estudio publicado recientemente en la revista Science muestra los impactos directos de los humanos sobre las especies de vida silvestre. Ya sean actitudes agresivas, como las actividades extractivas, o comportamientos inofensivos, como el turismo, la presencia de las personas está causando que los animales adopten hábitos más nocturnos. El reporte a cargo de un grupo de científicos estadounidenses muestra que en las zonas donde hay más presencia humana, los animales ahora son 1,36 veces más nocturnos que antes. Esto significa que el 68% de sus actividades se lleva a cabo en la oscuridad, a diferencia de las especies que habitan en zonas deshabitadas o más lejanas, quienes realizan solo el 50% de sus acciones en horas de la noche. Kaitlyn Gaynor, investigadora de la Universidad de California en Berkeley y autora principal del estudio, explica que, aunque esperaban una tendencia hacia el incremento de la vida nocturna, se sorprendieron por la consistencia de los resultados. De los 144 casos estudiados, en el 83% se pudieron evidenciar claramente estos patrones. Los jabalíes en Polonia son unos de los más afectados. Foto: Tobias Schwarz/AFP Ampliar Los jabalíes en Polonia son unos de los más afectados. Foto: Tobias Schwarz/AFP “Solo nuestra presencia ya es motivo para que los animales modifiquen sus hábitos de conducta”, dice Gaynor, quien se esforzó en demostrar que este fenómeno se repite en todas las regiones del mundo. Su motivación principal para realizar este estudio fue mostrar los impactos que los humanos están causando en las especies, más allá de la destrucción del hábitat o la caza. “Estamos llevando a los mamíferos nuevamente a la oscuridad”, explica la investigadora. En el pasado, estas especies eran nocturnas debido al temor de encontrarse con los dinosaurios, su mayor amenaza, durante el día. Solo después de su extinción, los mamíferos volvieron a explorar el mundo en las mañanas. Ahora que los humanos se han convertido en sus mayores depredadores, los animales nuevamente perciben a la oscuridad como un refugio para estar a salvo. El oso malayo es uno de los principales ejemplos. En los hábitats menos intervenidos de Indonesia, estos animales realizan un 19% de sus actividades en la noche, a diferencia de las zonas más perturbadas, donde el 90% de su agenda se lleva a cabo en la oscuridad. Algo similar ocurre con los leopardos en Gabón (África). En áreas libres de caza, estos animales realizan el 46% de sus acciones en la noche, mientras que en las zonas donde hay cacería la cifra sube al 93%. En países como Polonia, los jabalíes que viven en el bosque destinan el 48% de su tiempo a las actividades nocturnas, a diferencia de los que están en el área metropolitana, los cuales llevan a cabo el 90% de sus acciones en la noche. Las consecuencias de estos cambios de comportamiento en las poblaciones de animales y en cada espécimen aún no son claras. Según la investigadora, este fenómeno puede ocasionar que tengan inconvenientes para encontrar su comida, no puedan escapar de sus predadores, tengan nuevos competidores o se les dificulte comunicarse con otros de su especie en la oscuridad. Incluso, sus ciclos de reproducción podrían modificarse. Este cambio de comportamiento de los animales también refleja un mecanismo de supervivencia. Existen especies que podrían cambiar sus hábitos para convivir con los humanos, sin necesidad de extinguirse. Gaynor dice que hace falta mayor investigación para conocer si estas modificaciones de comportamiento están teniendo consecuencias negativas para las especies vulnerables o si, por otro lado, están desarrollando formas de coexistir con las interferencias humanas en los ecosistemas. Para los investigadores lo más importante es preservar áreas libres de la huella de las personas, ya que no todos los animales pueden cambiar sus hábitos para sobrevivir.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: https://www.elcomercio.com/tendencias/animales-nocturnos-sobrevivir-habitat-conservacion.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com

viernes, 26 de octubre de 2018

Un estudio demuestra que los animales pueden saber qué hora es

Los investigadores han descubierto un conjunto de neuronas previamente desconocidas que permiten a los animales controlar perfectamente el espacio y el tiempo en su cerebro.

 El potente olfato de los perros es sensible al isopreno, un compuesto presente en el alientoEl potente olfato de los perros es sensible al isopreno, un compuesto presente en el aliento


Un nuevo estudio de la Northwestern University ha demostrado que los animales pueden saber qué hora es. Al examinar la corteza entorrinal medial, parte del cerebro relacionada con la memoria, los investigadores han descubierto un conjunto de neuronas previamente desconocidas que se encienden como un reloj cuando un animal está esperando.
"¿Sabe su perro que tardó el doble de tiempo en obtener su comida en relación a ayer? No había una buena respuesta para eso antes", asegura Daniel Dombeck, director del estudio. "Este es uno de los experimentos más convincentes para demostrar que los animales realmente tienen una representación explícita del tiempo en sus cerebros cuando se los desafía a medir un intervalo de tiempo".
La investigación ha sido publicada en la revista Nature Neuroscience. Dombeck es profesor de neurobiología en la Facultad de Artes y Ciencias de Northwestern .
Al planificar el estudio, el equipo de Dombeck se centró en la corteza entorrinal medial, un área ubicada en el lóbulo temporal del cerebro que se asocia con la memoria y la navegación. Debido a que esa parte del cerebro codifica información espacial en memorias episódicas, Dombeck planteó la hipótesis de que el área también podría ser responsable de la codificación del tiempo.
"Cada recuerdo es un poco diferente", dijo James Heys, miembro del equipo de Dombeck . "Pero hay dos características centrales para todos los recuerdos episódicos: espacio y tiempo. Siempre suceden en un entorno particular y siempre están estructurados en el tiempo".
Para demostrar su hipótesis, los investigadores organizaron un experimento denominado tarea virtual de "parada de la puerta". En el experimento, un ratón tiene que hacer girar una rueda en un entorno de realidad virtual. El ratón aprende a correr por un pasillo hasta una puerta que se encuentra aproximadamente a la mitad del camino. Después de seis segundos, la puerta se abre, permitiendo que el roedor continúe por el pasillo para recibir su recompensa.
Después de ejecutar varias sesiones de entrenamiento, los investigadores hicieron la puerta invisible en la escena de realidad virtual. En el nuevo escenario, el ratón aún sabía dónde se encontraba la 'puerta' ahora invisible, basada en las texturas cambiantes del piso. Y seguía esperando seis segundos en la 'puerta' antes de correr para recoger su recompensa.
Al usar la realidad virtual, Dombeck y su equipo pueden controlar perfectamente los factores que pueden influir, como el sonido de la apertura de la puerta. "No podríamos hacer la puerta completamente invisible en un entorno real", explica el científico.
Pero Dombeck y su equipo llevaron el experimento un paso más allá al visualizar la actividad cerebral de los ratones utilizando la microscopía de dos fotones, que permite obtener imágenes avanzadas del cerebro de alta resolución. "A medida que los animales corren a lo largo de la pista y llegan a la puerta invisible, vemos las celdas que controlan la codificación espacial encenderse", explica.
Los científicos notaron que estas "celdas de tiempo" no se activaron durante la ejecución activa, solo durante el descanso. "No solo las células están activas durante el reposo", dijo, "sino que realmente codifican el tiempo que el animal ha estado descansando".

jueves, 25 de octubre de 2018

Cosas de las que nos damos cuenta cuando adoptamos un perro de refugio

Adoptar un perro de un refugio es una responsabilidad que no solo cambiará la vida de la criatura que llevarás a tu casa, sino también la tuya. Este autor de cómics sabe esto de primera mano. Él contó su historia de cómo un perro vagabundo se convirtió en parte de su familia. Juntos ya han pasado por muchas cosas y, aunque a veces su mascota hace travesuras, él sabe que cada almohada rota en muchos pedazos vale ese amor infinito, el cual los animales son capaces de sentir.


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martes, 23 de octubre de 2018

Los perros entienden tus palabras cuando hablas: demostrado

El mejor amigo del hombre también le entiende. Un nuevo estudio realizado por científicos húngaros confirma lo que ya se lleva años sospechando

Foto: Adorable... (iStock).Los perros entienden a la perfección todo lo que les decimos. La ciencia acaba de demostrar lo que antes podía pecar de ser una fantasía o una mera intuición. Incluso pueden llegar a procesar la palabra hablada de manera similar a los humanos, y hasta en el mismo área del cerebro, aseguran los científicos.


     El mejor amigo del hombre también es su confidente más personal. Ahora, ya sabemos por qué es uno de los animales a los que se entrena de una forma tan fácil y gratificante. ¿Qué sería de nosotros sin los perros? Especialmente entre aquellas personas que encuentran dificultades para desenvolverse por sí mismas, como los ciegos. Lo que había permanecido en la más pura incógnita, por fin tiene una argumentación científica: sí, los perros entienden perfectamente todo lo que hablamos.

Es obvio que los perros entienden lo que les decimos; al fin y al cabo, pueden aprender a seguir nuestras órdenes verbales

El experimento se llevó a cabo en una docena de canes colocados en un escáner de resonancia magnética con el objetivo de monitorizar su materia gris mientras jugaban con juguetes. Publicado en 'Frontiers in Neuroscience', los canes fueron entrenados durante meses para recoger dos juguetes de un montón, diferenciados por las texturas, y solo con decir su nombre. Uno de ellos blando, como un animal de peluche, y el otro duro y de goma, para facilitar su diferenciación. ¿El resultado? Varias áreas del cerebro se iluminaron cuando el equipo empleó las palabras justas para definir los objetos. El cerebro del animal distinguió los juguetes sin fallo alguno.

El experimento resultó todo un éxito. Tras buscarlos y encontrarlos, los animales fueron premiados con vítores y premios de lo que evidentemente les gusta más a ellos: la comida. Una vez que se repitieron los intentos de forma satisfactoria, los científicos les hicieron tumbarse en el escáner mientras el dueño les enseñaba los juguetes a través de un espejo repitiendo los nombres de cada uno de ellos a intervalos. El objetivo, ver si la actividad cerebral del perro acertaba para distinguir entre los juguetes.
“Los perros tienen capacidades y motivaciones claras para aprender y comprender palabras humanas”, declaró Gregory Berns, neurocientífico de la Universidad de Emory, uno de los autores del estudio, a 'The New York Post'. “Sin embargo, parecen tener una representación neuronal del significado de las palabras que se les ha enseñado”. Los investigadores se centraron en averiguar qué es lo que significa exactamente una palabra para ellos pronunciada por una persona, así como los mecanismos cerebrales que se activan al escuchar la voz humana.

Es obvio que los perros tienen la capacidad de procesar varios aspectos de nuestro lenguaje, ya que pueden aprender a seguir órdenes verbales”, asegura Berns. "En última instancia, lo único que desean los perros es satisfacer a sus dueños y, a ser posible, recibir elogios o premios en forma de comida". Un aspecto a tener en cuenta es que los cerebros de los perros tienen diferentes tamaños; evidentemente, no es lo mismo el de un chihuahua que el de un pastor alemán.

No solo cuenta lo que dices, sino el tono. Saben si se trata de un reproche o una recompensa por algo que han hecho

Esta no es la primera investigación que se realiza sobre el tema. La ciencia ya ha hecho esfuerzos anteriores por descubrir si los perros son capaces de entender el lenguaje humano hablado. En 2016, un equipo de investigadores húngaros repitieron más o menos el mismo proceso: se escaneó el cerebro de un can mientras escuchaban la voz de su amo o entrenador, y descubrió que solo saben interpretar lo que hablamos al hablarles con una entonación que indica un elogio o bien un enfado. "No solo cuenta lo que dices, sino el tono. Conocen si se trata de un reproche o una recompensa por algo que han hecho", afirmó Attila Andics, principal autor del estudio e investigador de la Universidad Eötvös Loránd, a 'The Guardian'.

Por último, volviendo al primer estudio, hay que puntualizar que tampoco está demostrado que las palabras habladas sean las más efectivas a la hora de mejorar y fortalecer la comunicación con tu mascota. De hecho, otra investigación reciente, mencionada por 'The New York Post' y realizada por el mismo equipo, probó que el sistema de recompensa neuronal de los perros está más en sintonía con las señales olfativas y visuales que con las verbales. "Cuando las personas quieren enseñarle un truco a su perro, tienden a usar una señal verbal ya que eso es lo que preferimos los humanos. Sin embargo, desde la perspectiva del perro, una visual sería mucho más efectiva", concluye Ashley Prichard, autora principal del estudio húngaro.

lunes, 15 de octubre de 2018

10 fotógrafos que fueron sorprendidos por los animales

Foto 1

Guepardo

Los fotógrafos de la naturaleza en muchas ocasiones tienen la fortuna de ver a los animales muy de cerca en su entorno natural. En esta galería les compartimos 10 momentos inolvidables. Este guepardo, por ejemplo, estaba muy interesado en la cámara.
(Twitter)

 Foto 2

Ciervo

A este hermoso animal le despertó mucho la curiosidad por saber qué había en el interior del lente del fotógrafo. ¿Pensaría que habría agua?
(Twitter)

 Foto 3

Ave

Esta curiosa ave se paró justo en la cabeza del fotógrafo para que tuviera la composición perfecta.

(Twitter)

 Foto 4

Osos

A muchas personas les gustan los “abrazos de oso”. Este hombre literalmente lo tuvo y por dos.
(Twitter)

 Foto 5

León marino

Este león marino literalmente se acostó en el fotógrafo. ¿Habrá tenido él comida en alguno de sus bolsillos y estaba en la búsqueda de alimento?
(Twitter)

 Foto 8

Ciervo

Aquí vemos dos animales que se acercaron para saber qué estaba haciendo la fotógrafa acostada en el pasto. En la imagen se puede contemplar que esta mujer no se había percatado del ciervo bebé detrás de ella.
(Twitter)

 
Foto 6

Zorro

Este tierno zorrito, sin duda alguna, quería soprender por detrás a esta fotógrafa que estaba realizando su trabajo.
(Twitter)

 Foto 4

Tigre blanco

Este tierno tigre blanco bebé se puede notar que se encariñó con el fotógrafo y seguramente quería jugar con él.
(Twitter)

 Foto 1

Zuricata

Estas juguetonas suricatas, se puede ver en la imagen, que pasaron un momento muy divertido con el fotógrafo. ¿No te sentiste en “El Rey León” con esta imagen?
(Twitter)


lunes, 8 de octubre de 2018

Animales que predicen el tiempo

Los seres vivos somos especialmente sensibles a los cambios de tiempo: variaciones de presión, temperatura, viento y humedad pueden ser determinantes en el comportamiento humano, pero también en el de ciertas especies animales. Esto se debe a que poseen sentidos más desarrollados que las personas, especialmente a la hora de captar estos cambios atmosféricos.


Los grillos son termómetros
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Los grillos son termómetros

El metabolismo de los grillos es muy sensible a los cambios de temperatura ya que, a diferencia de los mamíferos, estos no son capaces de autorregular su temperatura corporal. Cuando la temperatura ambiente es alta, los chirridos de los grillos aumentan su frecuencia de tal modo que a través de una sencilla formula es posible calcular la temperatura exterior. Simplemente hay que contar el número de cantos por minuto, dividirlo por cinco y restarle nueve. Y ahí esta ¡los grillos son termómetros naturales!
Foto: Gtres
Cuando el grajo vuela bajo…hace un frío del carajo
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Cuando el grajo vuela bajo…hace un frío del carajo

Uno de los refranes más extendidos hace alusión a esta ave. Cuando llegan las masas de aire frío, esta variación de temperatura hace que aumente su densidad, por lo tanto, a este tipo de animales les cuesta más mantenerse volando y descienden a capas más cercanas al suelo para facilitar su vuelo. Además, las corrientes de aire que les impulsan para volar suelen situarse en las capas más cálidas por lo que es lógico que decidan volar más cerca de la superficie terrestre.
Foto: Gtres
El croar de la rana
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El croar de la rana

Estos anfibios son uno de los animales más sensibles a los cambios de presión atmosférica y por lo tanto capaces de predecir la llegada de la lluvia o una tormenta. ¿Cómo lo hacen? Varían su croar de forma que aumentan su intensidad y modifican su sonido habitual.
Foto: Gtres
Si las vacas ves descansar, cobijo has de buscar
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Si las vacas ves descansar, cobijo has de buscar

La vaca es, sin duda, el animal “meteorólogo” por excelencia y es que estos animales cambian su comportamiento cuando se avecinan lluvias. Normalmente suelen agruparse y tumbarse en el suelo ya que de este modo conservan mejor el calor corporal y además mantienen el pasto seco bajo ellas.
Foto: Gtres
hormigas. Insectos que se refugian
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Insectos que se refugian

El comportamiento de las hormigas es otro indicador de que se avecinan cambios en el tiempo. Cuando se aproxima lluvia, las hormigas vuelven en fila a su hormiguero, donde se cobijan. Además se encargan de proteger su hogar cubriendo la entrada hasta que terminen las lluvias.
Nadar sin tiburones: solo es posible con tormenta
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Nadar sin tiburones: solo es posible con tormenta

Desde luego que para los animales terrestres es vital detectar los cambios de presión atmosférica, pero para los acuáticos lo son los cambios en la presión hidrostática. Uno de ellos es el tiburón de puntas negras, el cual se traslada hasta aguas más profundas con la llegada de una tormenta.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Dalia, una vida consagrada a la protección de animales

La historia de Dalia es un paradigma de bondad y compasión en un momento crítico para el bienestar de los animales en Cuba

 Dalia se levanta muy temprano cada mañana para cocinar varios kilogramos de picadillo de pescado y más de cinco libras de arroz. En la estrechez de su apartamento en Centro Habana, prepara dos ollas de comida para la veintena de gatos que viven con ella y los casi cuarenta que aguardan en el parque infantil “La Maestranza”, en la Habana Vieja. Con admirable devoción se ocupa de una de las colonias felinas más numerosas de la capital cubana, sin otros recursos que la ocasional ayuda de personas caritativas que apoyan su labor protectora.
Durante casi treinta años Dalia ha rescatado a cientos de animales, enfrentando las críticas de vecinos y colegas; además de sortear como puede los vacíos legales, la desidia del gobierno, el encarecimiento de la medicina veterinaria y la indiferencia de organizaciones estatales encargadas de realizar el trabajo que ha recaído en mujeres como ella, dedicadas a socorrer a perros y gatos callejeros.
Sus inicios como protectora se remontan a la década de 1990, motivada por el peligro que corrían las aves endémicas en medio de una crisis que acabó con parte del patrimonio natural, material e intangible de la nación. Por aquel entonces llegó a ofrecer a un contrabandista su cadena de oro con un dije de marfil, a cambio de una cotorra. Recuerda aquella época amarga en que se levantaba a las cinco de la madrugada para ser de las primeras en llegar al parque de la Normal y adquirir, en medio de la mafia del acaparamiento y la especulación, el alpiste para sus aves.
Luego llegaron los perros y más tarde los gatos, desfavorecidos estos últimos por la superstición y los mitos populares. Al no existir refugios para tantas criaturas abandonadas, Dalia conoció los inconvenientes de acoger en su casa un número elevado de animales cuya preservación y sustento exigen mucho más que pequeñas jaulas y semillas de girasol.
Hoy, esta Licenciada en Historia trabaja como operaria de los equipos del parque infantil “La Maestranza”, y a sus 68 años confiesa que son sus gatos la única razón por la cual no se ha decidido a jubilarse. Allí los mantiene alimentados, desparasitados y esterilizados, para evitar una mayor proliferación de la especie doméstica más maltratada.
Lo que para cualquiera podría representar un sacrificio desproporcionado, para ella es una labor de cuidado y amor, cual si se tratara de sus propios hijos. No lamenta invertir sus días haciendo colas en las pescaderías, o bregando algunas libras de arroz para continuar una lucha cotidiana que no sabe de treguas, en una sociedad donde la vida se ha tornado sumamente difícil.
No hay concesiones para la causa de Dalia. Esfuerzo, tiempo y dinero corren por su cuenta; la gente se burla de su empeño; algún vecino cruel envenenó a su gata bengalí hace pocos días y recientemente, con los nervios quebrantados por el sufrimiento y la falta de sueño, habló a CubaNet de una larga noche tratando de alimentar a dos camadas de gatitos que dejaron abandonados. Aunque logró salvar a cuatro, no pudo evitar llorar copiosamente por el cachorrito que murió pese a todos sus cuidados.
La historia de Dalia es un paradigma de bondad y compasión en un momento crítico para el bienestar de los animales en Cuba. La protectora estima que actualmente se verifica el peor contexto de maltrato animal desde los años del Período Especial, agravado por la ausencia de una ley que castigue con severidad a los abusadores. El abandono y maltrato se han disparado al extremo de que personas como ella se han visto obligadas a convertir sus casas en refugios para las víctimas de la insensibilidad, la brutalidad y la codicia humanas.
Es una cruzada de amor que Dalia ha debido emprender sola, seguida a distancia por un esposo paciente, una vecina que de vez en cuando le regala arroz, un veterinario compasivo y un cocinero solidario que tiempo atrás se ocupó de sus gatos en “La Maestranza”, mientras ella estuvo enferma. Su dedicación ha hecho eco en personas sensibles, que le ofrecen lo que pueden para mitigar el impacto de semejante empresa en el bolsillo de una cubana humilde, y la defienden contra los ataques y amenazas de gente vil.
A menudo los turistas se detienen frente a la verja del parque, intrigados por la presencia de los platos desechables. Con sus cámaras registran el ir y venir de Dalia; preguntan quién es esa mujer, y como no alcanza un instante para explicarles el drama que rodea al acto que están presenciando, se les dice solamente que ella es la protectora de los gatos abandonados.
En un país donde socorrer a los animales parece cosa de locos, es un espectáculo conmovedor el cortejo de hermosos felinos que esperan el manjar, las curas y los mimos de Dalia cada día, con la primera luz del alba o antes de la puesta del sol.

martes, 2 de octubre de 2018

Un golden retriever repite como alcalde en un pueblo de California

Max es un perro, pero eso no le impide ser el alcalde de Idyllwild, una pequeña localidad californiana de apenas 2000 habitantes


Foto: Max, en su coche oficial como alcalde de Idyllwild (Foto: Facebook)
Max, en su coche oficial como alcalde de Idyllwild (Foto: Facebook)
 
El coche oficial del alcalde de Idyllwild no lleva a un hombre con traje, aunque su ilustre ocupante sí viste corbata. No lleva los cristales tintados, sino que le gusta ir asomando la cabeza por la ventanilla. Y no da grandes discursos, aunque le encanta recibir palmadas en la espalda, como a todo buen político. El alcalde de Idyllwild se llama Max y es un precioso ejemplar de Golden retriever.
Max es el alcalde de esta pequeña localidad del interior de California, unos 170 kilómetros al este de Los Ángeles. Y repite en el cargo, porque ya fue elegido en 2012, un dato que avala que los vecinos están más que satisfechos con las labores de Max al frente de los asuntos vitales del pueblo.
Sus responsabilidades no pueden ser más importantes: participar en desfiles y festivales, aceptar invitaciones para visitas oficiales, apoyar los proyectos de Idyllwild y promover sus montañas y, sobre todo, cuidar de que se respeta la vida animal, tanto de mascotas como de animales salvajes, en todo el entorno.
Mikey y Mitzi, los tenientes de alcalde de Max (Foto: Facebook)
Mikey y Mitzi, los tenientes de alcalde de Max (Foto: Facebook)

Con toda esta responsabilidad, Max necesita ayuda y tiene a dos tenientes de alcalde: Mikey y Mitzi son dos golden retriever como su alcalde y están siempre dispuestos a ejercer como las fuerzas de seguridad de Idyllwild, aunque su verdadera especialidad es ayudar a adelgazar a los vecinos. Como aseguran en su página de Facebook, siempre están dispuestos a comerse el helado que lleven en las manos.
Idyllwild es un pueblo de apenas 2000 habitantes que no tiene derecho a elecciones propias, por lo que se une a otras dos localidades del condado de Riverside para formar municipio. La localidad oficialmente se llama Idyllwild-Pine Cove y reúne a las aldeas de Idyllwild, Pine Cove y Fern Valley. Entre las tres no alcanzan los cuatro mil habitantes y, por supuesto, Max es el más famoso de todos ellos.