jueves, 5 de febrero de 2015

pruebas de que el perro es (mucho) mejor que el hombre

perro
Pura naturaleza:
Steve Mason es como se llamaba este cruce de rottweiler y labrador que nació en el año 1998 y fue adoptado y rescatado de la calle. Mason, como buen perro grande y bonachón que se precie, siempre fue todo delicias para Hannah, pero lo que ocurrió en el 2014, marcaría la vida de su dueña para siempre.
Paseando por los bosques de Alaska con Mason y varios perros más (todos pequeños), tuvieron un encontronazo con un lobo hambriento a menos de un kilómetro de su casa, algo no habitual y es que los lobos muy difícilmente se dejan ver entre humanos. Y cuando lo hacen, ya sabes con qué fin lo hacen. Tras un intenso ataque donde el lobo intentó llevarse a varios de los perros pequeños, Hannah y su perro Mason hicieron todo lo que pudieron y fue éste último, el que consiguió salvar la vida de todos y todas sacrificando su propia vida. Según Hannah, el lobo mordió el cuello de Mason y lo mató en el ocaso de su vida, con 16 años de vida. Mason sirvió de alimento para el lobo y su camada y curiosamente, Hannah no le guardó rencor al lobo. Una historia para llorar, que nos recuerda que nuestro perro daría la vida por nosotros, y que la naturaleza es cruel. Muy cruel.
canelocanelo
Una inolvidable historia de fidelidad:
La historia de Canelo es una de esas historias nacionales que quitan el hipo e invitan a reflexionar sobre lo que nos ofrecen los animales. Canelo, bautizado así por los que lo cuidaron, era un perro de un vagabundo que entró en el hospital de Cádiz por una enfermedad y no pudo salir, falleció dentro semanas después. Pero Canelo, que se quedó esperando en la puerta, no se marchó.
Y no se marcho en los 12 años siguientes, más de una década completa alrededor del hospital y casi siempre tumbado en una de las entradas y esperando a su amo. Canelo vivió hasta el año 2002, cuando perdió la vida en un atropello fortuito cuando estaba ciego y en la última etapa de su vida. En conmemoración a ello, la ciudad de Cádiz encargó una estatua en honor de Canelo y también puso una calle con su nombre, que actualmente existe y que está a tan sólo unas calles del Hospital Puerta del Mar, donde pasó toda su vida.
alicio
Pequeño, grande… siempre fiel:
Alicio es otro de esos perrillos que nos demuestran que ellos no tienen doble rasero, no buscan la maldad en nuestros ojos, sólo hacernos felices y estar siempre con nosotros. Alicio ha pasado por una historia similar a la de Canelo y actualmente continúa en el hospital argentino donde ingresó su dueño y de donde no pudo salir por una grave enfermedad. Esto fue en el 2009 y hoy día Alicio continúa yendo todos los días al hospital en espera de su amo.
Aunque Alicio no era su nombre original, fue bautizado así por una de las doctoras que se llama Alicia y que tiene especial cariño con este pequeño perro de cinco kilos.
k9
Como un policía más:
Kye fue un perro de la unidad K9 de la policía de Oklahoma, en Estados Unidos. Era considerado un policía más por sus compañeros gracias a una portentosa dedicación por el deber y sus compañeros. K9 Kye, como era conocido oficialmente en la comisaría, nació en Bélgica y era un auténtico pastor alemán negro. A mediados del año 2014, Kye pasó a la historia por ser un verdadero héroe.
Tanto, que la policía de Oklahoma decidió rendir homenaje en un funeral prácticamente de estado donde se le dieron todos los homenajes que se le dan a un policía fallecido en su funeral. K9 Kye falleció cuando perseguía junto a su compañero a un ladrón que fue el que le hirió mortalmente y que posteriormente recibió un disparo por parte del compañero de Kye. Tanto el ladrón como el perro policía fallecieron poco después, y gracias a Kye, el oficial de policía sigue con vida ya que fue el perro quien recibió los golpes mortales en su lugar.
beni
Beni, el perro húngaro que conmovió a Budapest:
Beni es otro de los perros que engrosa la lista de los más fieles del mundo por su dedicación y dar la vida al completo por quien fue su amo. Al igual que Alicio y Canelo de Cádiz, Beni esperó a su amo fallecido hasta el fin de sus días, una historia triste pero que demuestra una vez más que la amistad perruna nunca falla. Nunca.
En esta ocasión, Beni no visitó el hospital ya que su dueño falleció en el edificio donde él y su perro vivieron durante los últimos años de la vida del hombre. Beni daba vueltas a diario alrededor del edificio y siempre se quedaba en la puerta, como esperando a que su dueño le abriese la puerta y pudiesen estar juntos en su casa. El barrio donde residía en Budapest, Hungría, se volcó con el animal e incluso fue adoptado por el Ayuntamiento de la ciudad y recibió todo tipo de cuidados y asistencia, pero nunca sin dejar de mirar el bloque de pisos donde vivió.
Beni murió en 2014 y al igual que Canelo, tiene ya su propia estatua conmemorativa en el barrio húngaro, donde nos recordará para siempre que historias tan conmovedoras como estas nos sirven para aprender, y mucho.
nerja
De rescatad0 a ejemplo a seguir:
Como verás, las historias más conmovedoras de los perros suelen pasar por una fidelidad que siempre va más allá de la muerte, una demostración pura y dura de todo lo que podríamos aprender de ellos. En esta ocasión tenemos un caso muy cercano, concretamente en Nerja, Málaga. Una historia un poco triste y que, según dicen, continúa haciendo la misma ruta día tras día.
¿A qué ruta me refiero? Desde 2009, el dueño del can que lo adoptó falleció en 2009 y desde entonces y sin saber cómo o por qué, el perro visita diariamente la tumba de su dueño aunque nadie entiende cómo pudo localizarla y saber con exactitud que su dueño, descansa allí.
Según dicen, a día de hoy este perro continúa yendo a visitar a su amo y generó mucha expectación, atrayendo incluso a informativos nacionales y generando gran expectación y ternura entre los vecinos de Nerja, quienes le dieron comida y agua e incluso intentaron adoptarlo en varias ocasiones, siempre sin éxito.
fido
El mejor amigo del hombre en la Segunda Guerra Mundial:
La SGM fue uno de los episodios más tristes de nuestra historia contemporánea, y no sólo repercutió en las zonas de guerra, para nada. Porque todos sufrieron la guerra, también los trabajadores que no tenían nada que ver y también sus familiares, amigos y también animales de compañía.
Fido fue protagonista de otra de las historias más conmovedoras de perros fieles a sus amos. Desde que era un cachorro, Fido acompañaba a su dueño todos los días a coger el tren en la estación cercana a Borgo San Lorenzo, en Italia. Volviendo más tarde y puntualmente, día tras día y año tras año, a la misma estación de tren para esperar a que su dueño volviese de trabajar. Pero cuando la guerra estalló, Fido se quedó sin su mejor amigo, y es que el chico murió en el campo de batalla. Aún así no importaba, 12 años después Fido continuaba yendo todos los días a la estación, hasta que un día cuando era ya muy anciano, falleció durante el trayecto por las duras condiciones climatológicas del invierno italiano.
bobby
Sólo tenía ojos para él:
Bobby cautívó hace casi 150 años a todo Edimburgo, en Escocia. Este pequeño terrier siguió los pasos de su amo hasta su muerte. A partir del día en el que falleció su amo, John Gray, Bobby inició una sentada que duró toda su vida, más de una década completa. La historia fue tan conmovedora en Edimburgo que ya se construyó una estatua conmemorativa y también un bar que lleva su nombre. Y para no desentonar con el resto, no se dejó adoptar en ningún momento. Porque está claro que cuando le das todo a un animal, recibes el doble y más allá de la vida.
hachiko
La historia de Hachiko es probablemente la más conocida y famosa de lo que un perro puede llegar a hacer por su amo. Hachiko ha sido protagonista de películas, libros, historias conmemorativas… porque su historia que ocurrió en Odate (ciudad japonesa) y más tarde en Tokio, la capital, ha marcado un antes y un después en Japón y la cultura de los Akita.
Hachiko pasó por una historia muy similar a la del italiano Fido, acompañando todos los días a su dueño a la estación de tren y quedándose siempre esperándolo a la vuelta. Cuando su dueño falleció sin que Hachiko estuviese presente, la historia se torció y fueron un total de 10 años los que Hachiko estuvo esperándole. Pero lo que no supo ni Hachiko ni la familia de su dueño, era lo importante y significativa que iba a ser su historia…
…ya que la raza Akita, que por entonces estaba en números rojos en Japón, resurgió gracias a la historia de Hachiko. Hoy la raza Akita es conocida en todo el mundo y una de las más apreciadas sobre todo, en Japón

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