Itziar Couso, Txus Carro y Mariam Ruiz Sánchez Valverde con a dos de los gatos que tienen en adopción.. Cedida
Se definen como amantes de los animales, pero también personas humanas con sensibilidad. “No puede darte igual ver a un perro encadenado, abandonado y no hacer nada”, coinciden Itziar Couso, María Jesús Carro, más conocida como Txus, y Mariam Ruiz Sánchez Valverde. Ellas forman parte de una red ciudadana que trabaja de manera desinteresada en Pamplona en favor de los animales.
Siempre a título personal. Utilizando carteles en centros veterinarios o tiendas, además de las redes sociales, principalmente facebook, se encargan de localizar perros y gatos abandonados, cogerlos y tratar de buscarles un hogar de acogida temporal hasta que una persona pueda adoptarles de manera permanente.
“Intentamos que los animales vayan a casas particulares, pero si no es posible, les llevamos a guarderías que pagamos nosotras”, afirman. De hecho, calculan que asumen alrededor del 80% del coste de cada animal que encuentran. “Así vamos, que no llegamos”, dicen, ya que, aunque Itziar y Mariam trabajan, Txus no. “Es complicado a veces y me quito de cosas, pero solas no podemos”, reconoce, al tiempo que hace un llamamiento para que los interesados contacten.
“Hay gente que aporta dinero de modo altruista, pero también se puede acoger, postularse para pasear o cualquier otra cosa”, recalcan. “Se necesitan todas las manos”. Y ponen a disposición de los ciudadanos el correo electrónico luryrocky@hotmail.com
En este contexto, piden al Ayuntamiento de Pamplona, así como al Gobierno de Navarra, que imponga más sanciones contra el maltrato animal. “Tenemos muchas denuncias pero el sistema es tan lento que al final nadie paga”, declaran. “Hemos tenido varias reuniones y son duros con las multas por falta de vacunas, pero no con el maltrato”, reiteran.
De ahí que demanden “más mano dura”. “Si hay una ley, que la hay, queremos que se cumpla y que se pague por pegar a los animales”, critican. Por ello, cuando se encuentran un perro abandonado con chip, las chicas localizan al dueño y, con la ley en la mano, le explican las posibles sanciones, pidiéndole que ceda al animal. “Así podemos hacernos cargo legalmente de él”, aclaran.
NEGROS Y GRANDES
Las jóvenes, que llevan “toda la vida” volcadas en la recogida de animales de la calle, aseguran que desde que comenzó la crisis, los casos se han multiplicado. Cabe recordar que, de media, el Ayuntamiento de Pamplona recoge cada año alrededor de 280 perros abandonados.
De cualquier manera, insisten en que los perros negros o atigrados, grandes y con más de un año son más difíciles de dar salida. “Parece que la gente se echa para atrás. Un animal de más de cinco meses ya no es un cachorro, algo que no entendemos”, se quejan.
No obstante, una vez que se produce un acercamiento, las chicas realizan un cuestionario a la persona que va a acoger, además de una entrevista personal. “Hacemos un seguimiento a todos nuestros animales para que no les pase nada malo. Ya nos ha ocurrido alguna vez tener que echar una adopción para atrás porque la señora no cumplía con las necesidades requeridas”, recuerdan.
Siempre a título personal. Utilizando carteles en centros veterinarios o tiendas, además de las redes sociales, principalmente facebook, se encargan de localizar perros y gatos abandonados, cogerlos y tratar de buscarles un hogar de acogida temporal hasta que una persona pueda adoptarles de manera permanente.
“Intentamos que los animales vayan a casas particulares, pero si no es posible, les llevamos a guarderías que pagamos nosotras”, afirman. De hecho, calculan que asumen alrededor del 80% del coste de cada animal que encuentran. “Así vamos, que no llegamos”, dicen, ya que, aunque Itziar y Mariam trabajan, Txus no. “Es complicado a veces y me quito de cosas, pero solas no podemos”, reconoce, al tiempo que hace un llamamiento para que los interesados contacten.
“Hay gente que aporta dinero de modo altruista, pero también se puede acoger, postularse para pasear o cualquier otra cosa”, recalcan. “Se necesitan todas las manos”. Y ponen a disposición de los ciudadanos el correo electrónico luryrocky@hotmail.com
En este contexto, piden al Ayuntamiento de Pamplona, así como al Gobierno de Navarra, que imponga más sanciones contra el maltrato animal. “Tenemos muchas denuncias pero el sistema es tan lento que al final nadie paga”, declaran. “Hemos tenido varias reuniones y son duros con las multas por falta de vacunas, pero no con el maltrato”, reiteran.
De ahí que demanden “más mano dura”. “Si hay una ley, que la hay, queremos que se cumpla y que se pague por pegar a los animales”, critican. Por ello, cuando se encuentran un perro abandonado con chip, las chicas localizan al dueño y, con la ley en la mano, le explican las posibles sanciones, pidiéndole que ceda al animal. “Así podemos hacernos cargo legalmente de él”, aclaran.
NEGROS Y GRANDES
Las jóvenes, que llevan “toda la vida” volcadas en la recogida de animales de la calle, aseguran que desde que comenzó la crisis, los casos se han multiplicado. Cabe recordar que, de media, el Ayuntamiento de Pamplona recoge cada año alrededor de 280 perros abandonados.
De cualquier manera, insisten en que los perros negros o atigrados, grandes y con más de un año son más difíciles de dar salida. “Parece que la gente se echa para atrás. Un animal de más de cinco meses ya no es un cachorro, algo que no entendemos”, se quejan.
No obstante, una vez que se produce un acercamiento, las chicas realizan un cuestionario a la persona que va a acoger, además de una entrevista personal. “Hacemos un seguimiento a todos nuestros animales para que no les pase nada malo. Ya nos ha ocurrido alguna vez tener que echar una adopción para atrás porque la señora no cumplía con las necesidades requeridas”, recuerdan.
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