miércoles, 8 de abril de 2015

Una historia emocionante la de Canelo




    Canelo tendría que ser admitido por la Real Academia de la Lengua Española como sinónimo de  fidelidad, amor y esperanza. Canelo era un perrito gaditano que acudía felizmente con su dueño a un centro médico ya que este hacía tratamiento de Diálisis, un día si y otro no, un tratamiento bastante duro y pesado que en muchas ocasiones pesa como un losa sobre los que lo padecen.
     Pero este amigo siempre estaba acompañado de Canelo mientras duraba el tratamiento, él esperaba paciente en la puerta del centro hasta que su “dueño” volviera con él. Pero un día, su dueño no volvió a salir más y murió mientras hacia su tratamiento. Canelo esperó paciente desconociendo como el infortunio había segado la vida de su mejor amigo. Pasaban las horas, los días, las semanas, y Canelo seguía allí, esperando a alguien que jamás volvería.
     Gracias a los trabajadores y vecinos del lugar, Canelo podía alimentarse y asearse, pero claro, lógicamente algo se tenia que hacer con el animal, pues la vida que mantenía allí no era lo suficientemente digna para poder tener una salud favorable y como siempre en estos casos el Ayuntamiento opto por la solución más fácil, llevarlo a la perrera y si no era adoptado en un tiempo estipulado ya se imaginan cual era el fin.
     Canelo pasaba el  tiempo en la perrera a la espera de un hogar que nunca llegaba, pero cuando estaba a punto de que lo sacrificaran, el clamor popular hizo que le dejaran en libertad y finalmente fue adoptado por una ONG de animales. Canelo aprovechó un momento de despiste y cruzó toda la ciudad para volver  a aquel centro médico dónde esperaría a su dueño nuevamente. Un día, Canelo murió, un accidente lo devolvió al lado de la persona por la que estuvo esperando más de 12 años de su vida, para dar fin a una de tantas historias relacionadas con el amor y espera que un animal procesa a sus amigos ya fallecidos.
     Por suerte ahora le harán una estatua, una placa de reconocimiento y una calle en su nombre, pero todo eso a él le dará igual, por que ahora más de 12 años después estará con su dueño paseando por los cielos, o el lugar que cada uno crea, sin más preocupación que la de ser feliz como lo había sido antes.
 

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