Esta es Echo, una gran danés que sufre un problema que no le permite oír.
Su actual dueña la vio en internet ya que su dueña anterior anunciaba que quería desacersede él por ser “inútil” e “incapaz de entenderse con él por su sordera”.
Marion se enamoró de ella nada más verla y la adoptó. Ahora comparte una vida normal con otros dos perros y es totalmente feliz.
Sin embargo, quiso escribirle a su dueña anterior esta carta en Facebook:
Para la chica que “tuvo que deshacerse” del cachorro sin nombre e “inútil, que no se entera de nada, con el estómago lleno de piedras” hace un año: gracias por darla en adopción en vez de sacrificarla como amenazabas con hacer en tu post de Facebook. Sólo quiero que sepas que está a salvo, aunque dudo que te importe. Porque no te importó que estuviera hambrienta o sedienta. Ni que estuviese sucia. Ni que estuviese sorda.
¿La consolaste cuando lloraba asustada la primera noche lejos de su madre? ¿La abrazaste y tranquilizaste cuando tenía miedo de su “nuevo hogar”? Quiero pensar que al menos hiciste eso por ella. No sé si fuiste tú o quién te la dio quién decidió esterilizarla, pero quiero que sepas que no ha sufrido ningún daño derivado de realizarle esta cirugía a una edad demasiado temprana.
La única razón por la que está viva es por la Asociación de rescate de Gran Danés, que siempre está pendiente de perros que abandonan como ella. Y estamos felices de que nos eligieran para adoptar a Echo. Nosotros pensamos que, aunque esté sorda, merece un nombre, como cualquier otra persona o mascota. ¿Sabes que ella reconoce un puñado de signos de lengua de signos con los que podemos comunicarnos con ella? Dudo que hayas vuelto a pensar en ella.
Come tres veces al día, y me ha costado convencerla de que obtendrá la siguiente comida, y que no coma piedras o cualquier otra cosa que encuentre por que se muere de hambre. Y ya tampoco bebe tanta agua que le sienta mal, porque ha comprendido que podrá beber agua después.
Sí, está dañada y no me “escucha” cuando le digo que haga algo, pero no podría ser más cariñosa. La amo y cada persona que la conoce la adora inmediatamente. La estoy entrenando como perro de terapia, para poder llevarla a lugares donde pueda dar amor y cariño a todo el que lo necesite.
Sólo quiero que sepas que está a salvo y es amada, aunque seguramente nunca llegues a leer estas palabras”.
Esta historia nos ha sobrecogido y no entendemos que haya gente tan irresponsable. Por suerte, también la hay solidaria y preocupada por los animales, y la preciosa Echo puede vivir una vida plena y feliz, y olvidar la pesadilla por la que ha tenido que pasar. Queremos que esta historia se difunda para que no vuelva a ocurrir.
Fuente: littlethings.com
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