miércoles, 4 de mayo de 2016

Se debería pasar el chip a los animales atropellados, firma por ello

Hace más de un año pude entrevistar a la portavoz de la Asociación de Policías por la Defensa Animal (APDA), integrada por policías y guardias civiles que tienen claro que las leyes que protegen a los animales están ahí para cumplirse. Hablando con ella, tratamos muy por encima el tema de los perros atropellados, de qué se hace con ellos, que en la práctica totalidad de España es únicamente retirarlos de la vía:
También son grandes detectores de fallos en el sistema a los que no es tan complicado ponerles remedio: “en colaboración con FAADA hemos conseguido que la empresa de conservación de carreteras en Barcelona que recogía los animales atropellados ahora tenga un lector de chip. Antes de eso detectamos que a esos animales se los recogía e incineraba o enterraba en el bosque sin más, sin comprobar si ese perro podía haber sido robado, usado para peleas, estar perdido… Tuvimos el caso de un perro con correa puesta atropellado, del que sus dueños nunca llegaron a saber nada”.
Suerte tienen en Barcelona, en el resto del territorio siguen produciéndose esos casos en mayor medida de lo que pudiera aparecer. Perros y gatos con chip, con dueños desesperados por encontrarles, enterrados o incinerados sin que nadie haya pasado un lector, sin que saya llamado siquiera por teléfono al número que aparecía en la chapa de su collar.
Eso es lo que pasó con Luna, una golden que se perdió en Nochevieja, una noche en la que por culpa de los petardos se pierden muchos perros. La foto de Luna se difundió sin descanso, pero Luna ya había muerto. Y su muerte dio lugar a una petición de firmas en Change que os animo a que firméis. Yo ya lo he hecho.
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Ya la hemos encontrado atropellada y fallecida. Gracias por el apoyo de todas formas. Escribo esto porque quería AVISAR sobre el procedimiento que se sigue en estos casos.
Mi hermana llamo a la policía, después a la guardia civil y estos le dijeron que contactara con el “servicio y mantenimiento de carreteras”. Parece ser que las órdenes que tienen son palabras textuales “cogerlos y apartarlos de la carretera” básicamente es lo que hacen, además de ENTERRARLOS en el descampado mas cercano.
El caso es que ellos no hacen ningún tipo de chequeo de chips, ni tan siquiera llaman a la perrera o al seprona para identificar a un posible dueño. Tanta es la desconsideración que la empleada que atendió la llamada les dio un punto de enterramiento distinto y mi hermana llegó a desenterrar un PASTOR ALEMÁN. La chica no tenía un registro del anterior trabajador en condiciones, no identifican ni dan partes de incidencias con los datos del suceso (raza, edad, sexo, hora del incidente,…) ya que mi hermana sin ayuda de nadie ha desenterrado un perro que de seguro, tiene dueño.
Al final y gracias a la colaboración de una vecina que dijo verla en la cuneta y tras mucho insistir y llamar, ha conseguido dar con la persona que la cogió y la enterró en un descampado.
Con esto quiero denunciar el procedimiento penoso que se está llevando a cabo. Las personas que estén en la misma situación que mi hermana con perros perdidos, que tengan en cuenta esta posibilidad y llamen al servicio y mantenimiento de carreteras para que descarten esta posibilidad. Esa misma noche enterraron a otros cuatro perros según me ha dicho mi hermana.
Pido a las autoridades españolas que las personas encargadas de recoger a los animales muertos en la vía pública, ya sean carreteras nacionales o provinciales, comarcales, calles de una ciudad o un pueblo, lleven un lector de chip, ya que es obligatorio ponérselo, por lo menos que sirva de algo y que si por desgracia nuestros “amigos peludos” mueren atropellados, sepamos dónde están.

El protocolo debería de ser otro, llevar un lector de chips y un poco de humanidad encima debería ser obligatorio. Y precisamente para pedir un cambio de protocolo hace poco me ha escrito Marta contándome que está recogiendo casos en los que haya pasado algo así. Ya llevan 20 documentados. Se dice pronto, veinte familias desesperadas buscando a su perro, que ha muerto atropellado sin que nadie se haya dignado a comprobar si tenía dueño.
Últimamente están saliendo muchos casos de perros atropellados con dueños, con chip y llevando collar que han sido enterrados o tirados cerca de donde fueron atropellados por los servicios de carreteras, sin leer el chip y quitándoles los collares.
Si sabéis de algún caso lo podéis enviar a martaaramayo@gmail.com
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Marta me pasa también me caso de Pongo, que se perdió el pasado 14 de abril por la tarde, contado por la persona que se movilizó para encontrarlo:
A las 20:07 leemos un aviso de un perro atropellado en la Autovía de Burgos (N-1) km 34, salimos hacia el lugar a pasarle el lector y comprobar si ha fallecido. Llegamos sobre las 20:45 y no lo encontramos, hacemos varias pasadas en los dos sentidos de la autovía entre el km 33 y el 37, también hacemos una batida a pie por el arcén en sentido Burgos en ese tramo, pero no hayamos ni rastro. Nos ponemos en contacto con la persona que da el aviso para que concrete el lugar, por las indicaciones estamos en el lugar correcto pero nada no encontramos al perro, ademas nos indica que avisaron al 112 para informar del atropello. Seguimos mirando un rato mas sin encontrarlo ya había anochecido y nos marchamos.
Desde 21:45 se realizan varias llamadas al 112, a la Guardia Civil de San Agustín, a la Guardia Civil del Molar para averiguar quien se desplazó al lugar del accidente y que han hecho con el perro, a las 22:30 conseguimos que nos informaran que en efecto, se desplazó al lugar conservación de carreteras y que el perro estaba enterrado en la mediana en el km 34.400. Nos envían a un vigilante de carreteras al lugar. A las 22:39 salta el aviso de Pongo, se había perdido en San Agustín por la tarde.
Se avisa al operario de conservación de carreteras que nos vamos a desplazar de nuevo para intentar leer el chip. Antes de salir hacia allá, contactamos con la dueña de Pongo para informarla de lo sucedido y la indicamos el lugar donde tiene que acudir.
Cuando llegué los dueños ya se marchaban muy afectados con el collar de su perrito en la mano, el operario de carreteras lo desenterró para quitarle el collar y que lo identificaran.
Le pregunte al operario si esta era la manera habitual de hacer las cosas, y me dijo que si, que así tienen orden de hacerlo. Se retira al animal y se entierra en la cuneta, en el caso de Pongo debido a su estado no se molesto ni en retirarlo a la cuenta, lo enterró en la misma mediana.

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