miércoles, 22 de julio de 2015

Feng Shui y las mascotas

Las mascotas son en sí mismas Feng shui, emiten en el hogar una energía fuerte y positiva. Su vitalidad significa que tenemos un hogar activo, incluso cuando no estamos allí. Las mascotas incrementan la energía Yang, expresión de lo positivo, la luz, el sol.


El comportamiento de nuestros gatos y perros es un claro indicador de estas energías invisibles en el hogar.  Los perros evitan las zonas patógenas, ellos huyen de las geopatías. Si no les agrada estar en un sitio concreto de la casa, si evitan una larga permanencia en determinados puntos, es señal de que se trata de una zona con radiaciones perjudiciales. Sorprendente es por el contrario el comportamiento de los gatos, cuya capacidad de transformar la energía negativa en positiva les empuja a buscar y permanecer en zonas patógenas. Las mascotas se convierten así en un útil consultor para conocer lo mejores lugares del hogar.

En la naturaleza reina la armonía, rocas, plantas y animales se encuentran en armonía con las energías que los rodean. Pero cuando los animales pasan la mayor parte de su tiempo en ambientes artificiales, como el  interior de las viviendas, están a merced de las energías inarmónicas provocadas por electrodomésticos, tendidos eléctricos, redes wifi, etc. Estas energías negativas pueden afectar su salud y bienestar emocional. En diversas culturas ancestrales se atribuye a algunos animales la potencia de absorber el exceso de energía negativa, eliminando el caos y restableciendo el orden a su alrededor. Nuestro gato tiene esa capacidad. Nuestro perro la de generar energía positiva.

En el Feng shui no hay mascotas mejores que otras, no son mejores los perros que los gatos, ni los peces orientales que las aves. Lo que importa es su integración en el hogar, en la familia, el efecto estimulante que crean, pero es fundamental que las mascotas disfruten de una buena salud y estén bien cuidadas. Un animal que enferma puede representar el aviso de un desequilibrio en la casa. Por demás, perros y gatos desatendidos son el peor escenario, la puerta abierta al desequilibrio nervioso y emocional.

Detectores de geopatía
Los estados de la materia son cuatro: líquido, sólido, gaseoso y gato, dice un poeta. El gato es un estado especial de la materia. Cuando el espíritu juega a ser materia entonces se convierte en gato. Los gatos tienen acceso a otras dimensiones y en especial son sensibles a la energía del medioambiente, neutralizan las energías negativas. Maestros de la armonía, mejoran con su presencia el bienestar físico y espiritual de las personas con las que viven.

Los gatos sienten atracción por los vórtices de energía donde hay más caos, la absorben, ordenan y  neutralizan beneficiando la salud de su familia. Los gatos tienden a dormir en lugares de estrés geopático. El estrés geopático son las radiaciones del campo electromagnético de la Tierra, que mengua la capacidad adaptativa y defensiva del organismo. Esas radiaciones electromagnéticas pueden afectar a la salud física o psíquica de las personas. También afectan a los animales y plantas.

Todas esas radiaciones interactúan con nuestros propios impulsos bioelectromagnéticos, alterándolos. Con frecuencia habrás observado cómo a los gatos les gusta dormitar sobre el ordenador, cerca de la tv o cualquier otro aparato electrónico, generadores de contaminación electromagnética. Los gatos neutralizan estas fuerzas negativas, son tan  compasivos como cautelosos. Por eso los propietarios de gatos tienen menos depresiones, sufren menos nerviosismo y tienen menos miedo ante los problemas de la vida.

La energía Chi
El lugar de la casa preferido por nuestra vida, el aliento vital o energía de la vida según los taoístas. Es la fuerza vital esencial que anima todas las formas de vida del universo. Los perros, con su movimiento y  cariño, son un elemento dinamizador de esa energía. Cuando entra un perro en nuestra casa, la energía Chi cambia.

Un perro feliz, saludable y amoroso  puede vigorizar la energía Chi en su entorno, un perro que es  maltratado o descuidado por su familia puede  disminuir los poderosos efectos de la energía Chi. El Feng shui sugiere que existe una interconexión entre amar y respetar a una mascota y la creación de una mayor sensación de bienestar y felicidad para su familia. A diferencia de los gatos, los lugares donde los perros se sitúan son siempre energética mente sanos y los podemos compartir con ellos. Las personas mayores se ven muy beneficiadas por la energía liberada por los perros. Al ofrecer amor y atención, estas personas ven fortalecida la energía vital Chi de su entorno, creando en ellos una mayor sensación de bienestar. Por ello en los países más avanzados son muchas las residencias de ancianos que regularmente organizan visitas caninas a los residentes amigos de las mascotas.

El Bagua es una herramienta del Feng Shui, un mapa del mundo energético que permite localizar y potenciar las energías en las distintas partes del hogar, una división del espacio en nueve zonas, cada una con un significado diferente, que sirve para conocer la mejor ubicación de los objetos dentro del hogar. Las fotograñas de nuestros perros convenientemente colocadas pueden ayudamos, esas fotos deben ubicarse en el sector de la salud y la familia para mantener el bienestar familiar.

Ama a tus mascotas
En nuestra civilización hemos perdido la capacidad de comunicamos con la naturaleza, es decir, con el resto de los seres vivos. Nos hemos encerrado tras una coraza de superioridad intelectual y moral despreciando  al resto de los animales, olvidados de que el hombre también es un animal. Sin embargo, en lo más profundo de nuestra alma y nuestro corazón añoramos vivir en armonía con los restantes seres. Es esta necesidad lo que desde nuestro inconsciente ha generado una constante atracción entre los humanos y lo animales, él es el responsable del profundo vínculo emocional entre la mascota y su dueño. Nosotros les alimentamos y amamos, ellos protegen nuestra salud y nuestra felicidad del modo más noble, entregándose sin recelo a nosotros.

Salvavidas felino

 Tener un gato en casa es tener un ángel, opina Claudia tras ser salvada por su gata de morir en un tornado. Claudia Lickerman y su hija Kaila, habitantes de Joplin, Missouri, en Estados Unidos, dormían  apaciblemente cuando su gata Delia las despertó maullando con desesperación y comenzó a correr muy nerviosa por la casa. Intentaron calmarla, pero la gata se escabullía. El cielo se volvió verdoso y comenzó a llover, aunque no era un aguacero. El viento soplaba cada vez con más violencia. La madre decidió huir en coche con su hija, pero fue imposible porque Kaila se negaba a irse sin Delia y la gata no se dejaba coger. Entonces se refugiaron en la planta baja del edificio. El tornado golpeó la vivienda y una ráfaga de viento las arrastró. La madre oyó como gritaba la niña y alargó los brazos para cogería, sin lograrlo. Cuando pasó el tornado ambas estaban a salvo. Las ropas de Kaila aparecieron a diez kilómetros, la televisión a un  kilómetro y la pobre Delia apareció a veinte metros escondida en el cajón de una cómoda. La policía les dijo que si hubieran escapado en el coche, el tornado se las habría llevado por delante. Comprendieron que  fue la gatita Delia quien les enseñó que lo correcto era permanecer dentro de la casa.

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