martes, 16 de febrero de 2016

Un centenar de animales deambula por las calles ante la falta de refugios

 
Este perro vagaba sin rumbo por las inmediaciones del IES Número Un hace un par de días


Las protectoras y colectivos de Barbanza que se dedican a rescatar animales están desbordadas. La falta de un solo refugio en toda esta zona y el aluvión de abandonos que han detectado en las últimas semanas, hace que cada vez sean más los perros y gatos que tienen que pasar sus noches al raso, capeando el temporal.
Según los datos aportados, un centenar de animales sobrevive en la calle gracias a la iniciativa privada. La cifra probablemente es mayor, porque estos son solo los que están siendo atendidos y alimentados día a día por la asociación Moskeperros, los voluntarios de Callejeros Barbanza, la protectora Arca y otros particulares. Y el problema sigue aumentando, porque cada día reciben nuevos avisos. «Estamos teniendo el doble de lo normal», apunta el presidente de Arca, Pablo García.
Este viernes, por ejemplo, aparecía en Boiro una perra mestiza de tamaño mediano y Moskeperros se encargaba de dar difusión en las redes sociales a su caso. «Sigue en la calle, no tenemos casas de acogida donde meterla», decían desde la asociación, que solo en Ribeira atiende a diez gatos en acogida y otros cincuenta que mantiene en tres colonias.
La historia se repite con Callejeros Barbanza, que cuenta con cerca de treinta voluntarios preocupados por el bienestar animal en los concellos de Ribeira, Puebla, Boiro y Rianxo. «No recogemos porque no tenemos más sitio», reconocía una integrante del colectivo, Desirée Caamaño. La voluntaria explica que actualmente tienen en casas de acogida unos cuarenta perros y, en la calle, más de una docena. «El problema es que a finales de enero se acabó la temporada de caza y se están multiplicando los abandonos», añade.
Gastos inasumibles
Ambos colectivos se financian con recursos propios y donaciones de terceros para poder pagar comida y atención veterinaria. Romina Chaves, de Moskeperros, cuenta que solo para mantener a los gatos callejeros de Ribeira hacen falta diez kilos de pienso a la semana y la castración cuesta 100 euros por animal. «Ahora estamos recaudando para castrar a las gatas y evitar que las colonias sigan creciendo sin control. Aunque nos hacen un precio especial en clínicas colaboradoras, es demasiado caro», se lamenta.
Piden más apoyo público y reclaman unas instalaciones en las que poder desarrollar el trabajo que hacen de forma desinteresada. «La única solución para poder sacar de las calles a estos animales y evitar que mueran atropellados o del frío es un refugio y es algo que no podemos costear por cuenta propia», continúa Chaves. La vecina de Ribeira lo tiene claro: «El problema se solucionaría si el Ayuntamiento cediera un lugar en donde poder atenderlos».
«Hoy, si un particular llama a Protección Civil para que recoja un animal extraviado, se lleva a la perrera municipal y hay 20 días para poder reclamarlo», expone la portavoz de Callejeros Barbanza. «Sacarlos de allí cuesta 54 euros y, sin dinero para alimentar a los perros que nos van llegando, no vamos a dar negocio a una empresa que se lucra de matar animales», continúa.
En cuanto al repentino repunte del abandono, Pablo García explica que «se repite todos los años, por norma general, cuando acaba la temporada de caza». Y, en unos pocos meses, «cuando los cachorros que se regalaron estas Navidades crezcan y empiecen a dar problemas, serán más los que acaben en la calle», añade.

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