Casi tres de cada cuatro bichos entregados eran aves
Un agente medioambiental de la Junta libera un cernícalo en Burgos
Los tres Centros de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) ubicados en Valladolid, Burgos y Segovia, y los dos Centros de Recepción de Fauna Silvestre en Salamanca y Zamora han recibido durante el pasado año 3.963 animales, en su mayoría aves, con un 69% de los ingresos, seguidas de los mamíferos y, en un número «muy pequeño», reptiles.
Además, del total de animales que ingresaron vivos, el 55,6 por ciento ha sido liberados en el medio natural tras seguir un «proceso de recuperación» y determinar el equipo veterinario que estaban «en buenas condiciones» para su reintroducción, según han informado a Europa Press fuentes de la Administración Autonómica.
Para esta reintroducción se tiene en cuenta el estado de los animales así como «otros factores que pueden afectar a la especie como la época del año para las aves migratorias o la «elección de un hábitat adecuado» en un entorno próximo a la zona en la que fueron recogidas.
Para facilitar la «rápida adaptación« de los animales, los agentes medioambientales los liberan en los lugares donde han sido recogidos, salvo en el caso de que su ingreso se haya producido por causa de envenenamiento o colisión con tendidos eléctricos, que se les introduce en un hábitat «lo más adecuado posible», libre de estos «factores de riesgo».
En cuanto a las causas de ingresos, el mayor número corresponde a pollos de aves que «por diferentes causas» se caen de sus nidos y, al no poder regresar, sufren problemas «como desnutrición o hipotermia». Los choques y los traumatismos son las otras causas «más frecuentes» de ingreso en los centros.
El buitre leonado y el cernícalo vulgar son las especies que «más frecuentemente ingresan» en los CRAS, seguidos del busardo ratonero y de la cigüeña blanca.
Quiénes los llevan
Los particulares, agentes medioambientales, celadores y personal de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente son los colectivos que «más animales han llevado hasta los centros». También la labor de la Guardia Civil, fundamentalmente del Seprona, y de las diferentes policías es «muy importante» para que todo el procedimiento se ponga en marcha «con rapidez».La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, a través de la Fundación Patrimonio Natural, se encarga de gestionar estos centros, que conforman esta red que da servicio a todo el territorio de la Comunidad.
El trabajo en cualquiera de los centros se inicia con el ingreso de un animal, donde el equipo de atención le abre historial clínico y recibe las primeras curas. En función de la gravedad de las lesiones observadas, los veterinarios pueden decidir el tratamiento médico o quirúrgico adecuado o su traslado, a los centros de Burgos o Valladolid.
Tras recibir el tratamiento, los animales son sometidos al proceso de rehabilitación «más adecuado». Finalmente, el ciclo se cierra con la liberación en el medio natural del animal una vez completada su recuperación.
A su vez, entre otras actividades también se encargan de la cría de pollos caídos de nidos o afectados por actividades humanas para su posterior liberación; de la cría de especies amenazadas para el reforzamiento de las poblaciones silvestres; o del seguimiento de las enfermedades que afectan a la fauna silvestre y al hombre, como la tularemia, la brucelosis, la tuberculosis o la influenza aviar, así como la determinación de los posibles casos de envenenamiento de la fauna silvestre.
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