Los beneficios de la relación entre los niños y los perros: una pequeño meta-análisis
Desde la publicación en 1987 del primer gran trabajo sobre los efectos de la convivencia con animales, titulado “Salud y beneficios de los animales de compañía” por el National Institute of Health de
los Estados Unidos, se han sucedido los estudios que han constatado los
beneficios no sólo físicos, sino también psicológicos, de las mascotas
sobre las personas, y en especial sobre los niños.
El perro: la mascota perfecta para el niño
Dentro de estos estudios, el perro ha sido el animal más reconocido como mascota beneficiosa para el desarrollo de los niños (Schenke y Farkas, 2012).
La mascota como apoyo social en la infancia
Varios estudios han demostrado, por ejemplo, que los niños tienden a acudir a sus mascotas en los momentos de tensión emocional.
En las puntuaciones que los niños dan a
sus relaciones personales, las mascotas llegan a puntuar más alto que
ciertos tipos de relaciones humanas, pues ellas le ofrecen, entre otras
cosas, calma frente a situaciones de miedo o enfermedad, cariño y ser
buenos confidentes de un secreto, y además son consideradas como
miembros de la familia (Mc Nicholas y Collins ,2001).
Las mascotas contribuyen a fomentar la empatía y a mejorar la autoestima
Por otro lado, los niños que tienen un
vínculo con mascotas puntúan más alto en empatía, autoestima y
auto-concepto, que aquellos que no tienen relación con mascotas
La oportunidad que dan las mascotas de criar y cuidar de otro es vista como una forma de apoyo por Weiss (1974), por incrementar la sensación de competencia y de estima, y de ser necesitado por otro. Según Becker (2003),
“los niños que ayudan a criar animales entienden mejor el lenguaje
corporal y los motivos y sentimientos de los demás” (p.31).
Mejora las habilidades comunicativas
El contacto con animales estimula el habla y la interacción social en niños introvertidos e incluso niños con autismo (Becker, 2003; Sams,
et al., 1999), se animan más a iniciar una conversación, reír y
compartir historias cuando están en presencia de un perro que cuando no
lo están.
Los animales en sí pueden ser
compañeros conversacionales, aunque no respondan de manera verbal, pues
transmiten su amor y afecto hacia sus compañeros humanos.
Disminuye el estrés
Las mascotas también pueden tener un efecto importante como amortiguadores frente a situaciones de estrés.
Se realizó un estudio en el cual se
descubrió que la mera presencia de una mascota amistosa desconocida,
puede reducir la presión sanguínea y la frecuencia cardiaca, después de
un estresor cognitivo, independientemente del reporte subjetivo, el
género y la actitud hacia las mascotas.
Nagengast, Baun, Megel y Leibowits (1997)
realizaron un estudio fisiológico a un grupo de 23 niños entre 3 y 6
años durante un examen físico y observaron que la presencia de un perro
durante el examen contribuyó a bajar la media de presión arterial,
presión sanguínea sistólica y diastólica, y frecuencia cardíaca, además
de aumentar la sensación de seguridad y disminuir las conductas de
búsqueda de información, búsqueda de apoyo emocional y manifestaciones
de dolor durante el examen.
Igualmente, en un grupo de niños entre
9 y 16 años, descubrieron que la presencia de un perro hacía disminuir
la ansiedad y la excitación fisiológica, así como los niveles de presión
sanguínea y frecuencia cardiaca, tanto en descanso como de actividad.
Comprensión psicológica de la relevancia de las mascotas en la infancia
Las mascotas pueden, por medio de su
presencia segura, fortalecer el sentimiento de confianza y seguridad,
facilitando un sentimiento de autonomía y despertando interés en
emprender cosas, por su rol como compañeros de juego activo.
Por otro lado, potencian el
descubrimiento del medio y favorecen el desarrollo de la paciencia y el
autocontrol. Además, incrementan de manera positiva el espíritu de
esfuerzo y eficacia, por ser entrañables y reaccionar a las
instrucciones del niño, y favorecen el desarrollo de la identidad al ser
camaradas y actuar como posibles figuras de apoyo emocional y social.
Según Levinson (1997), es por
medio de la identificación con el animal que la mascota adquiere un
valor tan significativo para el niño, y le permite incorporar las
fortalezas de ésta. Para Caplan (1951), una probable razón de
que los niños toman tan fácil y gustosamente a las mascotas como
compañeros cercanos, tiene que ver con la necesidad del niño de cercanía
a un sustituto de los padres que él puede controlar y dirigir como
quiere.
Freud sostenía que el vínculo
de las mascotas, en especial perros, hacia los humanos carecía de
ambivalencia, lo que representaba, a su parecer, un símbolo de amor y
lealtad incondicional (Prothmann, 2006).
Por otro lado, el que los niños
busquen a sus mascotas en momento de estrés o miedo, puede relacionarse
con el concepto de objeto transicional de Winnicott(1953).
El objeto transicional es en general algo suave, un pedazo de tela o un juguete.
En el desarrollo normal del niño, éste
va desarrollando otros intereses y su necesidad por el objeto
transicional decrece hasta desaparecer, sin embargo, en tiempos de
crisis o tensión emocional, el objeto transicional se convierte en una
defensa contra la ansiedad (Stevenson, 1954).
Los niños conectan muy bien con sus mascotas, pues todavía no poseen esas barreras psicológicas que los adultos construyen.
Las mascotas permiten experiencias
íntimas como acariciar, abrazar, hablar, hacen que sea socialmente
aceptable jugar, hacer el ridículo e incluso acercarse a desconocidos
para hablar con ellos.
Les permiten demostrar sus sentimientos, y no sentir vergüenza por demostrar su afectividad, incluso físicamente.
Además, les ayudan a asumir algunos
conceptos tan fundamentales como el de la vida y la muerte, el
crecimiento, el sexo y la reproducción, la salud y la enfermedad, la
higiene y la alimentación, y un largo etc.
“El perro le enseña al niño la fidelidad, la perseverancia… y a dar tres vueltas a la cama antes de acostarse”
«No hay un animal más fiel que
el perro». «Los perros son mejores que muchas personas». Seguro que has
escuchado alguna de estas frases varias veces en tu vida, y la verdad,
ambas son ciertas. La fidelidad de un perro no tiene límites, ya que es el único ser que te amará más de lo que tú te amas.
Siempre se le atribuye el adjetivo «fiel» a los canes, pero, ¿son
fieles o leales? ¿Qué diferencia hay entre ambos adjetivos? Bueno, la fidelidad no tiene por qué implicar emociones o sentimientos y se puede ser fiel por pura obligación.
Además, no se necesita ser un ser vivo para demostrar fidelidad. Por ejemplo, el sol, es fiel. Sale y se esconde cada día a su hora correspondiente cumpliendo con su labor.
¿Y la lealtad? Bueno, esta cualidad sí que implica emociones y sentimientos. Se define lealtad como: «Adherirse a alguien hasta cumplir su propósito con él». Así es,
la lealtad no solo empuja a tu perro a estar contigo en las buenas y en
las malas sino que por ella te amará más de lo que tú te amarás nunca.
¿Quién no recuerda a Hachicko? ¿Has pensado cuántos días estuvo
esperando a su dueño con frío, calor, nieve o lluvia? No parece haberse
visto nunca a una persona hacer eso por otra. Si tienes un perro, estás de suerte, te amará incondicionalmente, incluso más de lo que tú mismo te amas. ¿Cómo lo demuestra? Veamos.
Formas de demostrar su amor
Echarse en tus pies después de comer.
¿Qué crees que es lo que más adora tu perro? ¡Comer! Ni siquiera se les
puede molestar, lloran si no tienen alimento e incluso se enfadan si
pretendes quitárselo. Ahora bien, ¿qué hace tu perro después de comer?
Ir a tus pies. Resultado: La comida es su prioridad, lo segundo que más
amará eres tú.
Dormir junto a ti.
Todos sabemos que los perros son muy sociabes y siempre necesitan estar
cerca de algún otro perro o de un ser humano, pero no lo hacen con
todos. Saben elegir muy bien junto a quién quieren estar: su mejor
amigo. Así que si sientes algo pesado en tu panza o un ruido
estruendosos en tu oído, sopórtalo y valóralo, es tu mejor amigo
diciéndote que tú eres su mejor amigo y que te amará por el resto de su
vida.
Su locura al verte.
Algunos perros saltan a ver a cualquiera que entre por la puerta,
aunque seguramente con distinta intensidad. Pero si el tuyo sólo lo hace
cuando el que entra por la puerta eres tú, otra señal de que te amará
por siempre.
Se le contagian tus bostezos. ¿Has sorprendido a tu perro alguna vez bostezar tras de ti? Eso es señal de que se ha formado un vínculo especial entre vosotros y que te ama y te amará más que tú mismo.
Amor sin críticas
Son muchos los comentarios de que los animales no tienen sentimientos
ni emociones. No todos estamos de acuerdo con ello, y después de lo
analizado en este artículo, ¿tienes dudas? Tu perro te amará el resto de
su vida, te demostrará una lealtad indescriptible, sin límites. Sí, tu perro te amará tanto que será capaz de dar su vida por ti. ¿Conoces muchas personas dispuestas a eso?
¿Hay quienes piensan que tu perro no siente ni se emociona? Es su punto de vista. No importa qué piense o diga la gente… ¡Es tan bonito sentir que alguien te ama y te amará por siempre!
Llegar a casa y que alguien se vuelva loco de verte, tener a alguien
que te caliente los pies después de comer en invierno, alguien a quien
acurrucar en la cama… Nunca será entendido el amor entre perros y
personas, por eso, ¿qué más da lo que digan? Disfruta de que tu perro te amará siempre y te será leal incluso si su vida depende de ello, y por favor, correspóndele del mismo modo: sé leal y nunca lo abandones.
La mayoría de los perros, cuando defecan, miran a sus amos fijamente. Hay una explicación
¿Por qué tu perro te mira cuando está haciendo caca? (Clarín)
Clarín
Los poseedores de perros seguramente se han dado cuenta que cuando su mascota hace caca, miran a los ojos a sus dueños. Este peculiar comportamiento tiene una explicación inesperada.
La veterinaria Kathryn Primm explica que esa mirada no tiene
nada que ver con vergüenza, desafío o necesidad de intimidad. La clave
está en que cuando defecan, están más indefensos: “Para
sobrevivir, los perros deben ser conscientes del riesgo. Defecar es una
de las veces en la vida de un animal cuando está en su punto más
vulnerable. Debe adoptar una postura para realizar la tarea y debido a
esto, no está en posición de luchar o huir fácilmente”.
Perros
La clave está en que cuando defecan están más indefensos
Esto quiere decir que el perro es consciente de su indefensión y,
como para él eres parte de su familia, “te mira porque depende de ti
para darle una señal de lenguaje corporal o ‘cara a cara’ si debe tener
miedo”, dice Primm.
Otra experta, Mary Friedman, añade para The Dodo que “la posición para hacer caca es vulnerable para los perros.
La sensación de ser vulnerable le viene a su ancestro salvaje, el lobo,
que todavía tiene que valerse por sí mismo en la naturaleza. Creo que
los perros se aseguran tener la espalda cubierta contigo mientras están
en esa posición vulnerable durante un periodo prolongado”. Ambas
veterinarias aconsejan que mientras el perro está haciendo caca, debemos
mantenernos calmados y no hacer movimientos bruscos para que el animal
pueda terminar.
¿Por qué te mira tu perro?
El perro debe adoptar una postura para realizar la tarea y debido a esto, no está en posición de luchar o huir fácilmente
Hoy en día no es poco común ver a perros
y gatos con prótesis o sillas de ruedas. Unos hasta son
famosos en Instagram. Sin embargo, los animales discapacitados con estas
ayudas médicas que solemos ver tienen una cosa en común: no son animales
salvajes.
Los animales salvajes que poseen una
discapacidad a
menudo no reciben ayuda que les permite vivir una vida normal. Dado esto,
Vittles, un pequeño mapache con daños cerebrales de Arkansas en Estados Unidos,
es un raro ejemplo de en animal salvaje que se ha beneficiado de estas ayudas
para animales.
Vittles llegó al despacho de Susan
Curtis, una rehabilitadora de animales salvajes para el estado de Arkansas, cuando
tenía apenas ocho semanas de vida. El mapache había sufrido una lesión cerebral
traumática que le impediría regresar a su hábitat natural.
Además, la lesión también
afectó al equilibro del Vittles: no podía apoyarse sola y tampoco podía
caminar.
Curtis decidió solicitar ayuda de Walkin’ Pets, una
empresa que se dedica a fabricar aparatos y ayudas médicas para animales
mayores, lesionados o discapacitados. Walkin’ Pets le proporcionó con su propia
mini silla de ruedas. El aparato se fija a los hombros de Vittles y tiene dos
pequeñas ruedas en frente y dos más grandes atrás. Gracias a este aparato y a
los cuidados de Curtis, Vittles ha conseguido caminar otra vez.
Aunque no se anticipa que el pequeño
mapache logre una recuperación completa, hay esperanza debido a la rápida
intervención y su pequeña silla de ruedas. El aparato le permitirá desarrollar
los músculos que necesita para estabilizar su cuerpo y fortalecer su core.
Seguramente la mayoría de nosotros adoramos a nuestras mascotas, sin
importar lo que sean: gatos, perros o... ¿peces? Pues sí. Aunque gatos y
perros se llevan toda la atención de internet, los dueños de peces han
decidido no ser menos. Con eso en mente, alguien pensó que la mejor
forma de llamar la atención son unas buenas publicaciones de petshaming. 1
A veces me como a mis amigos...
#2
Ataco a los peces que se acercan a mis huevos, y luego me como los huevos yo misma
#3
Me comí una docena de peces de una sentada y luego vomité un cadaver delante de invitados
#4
Me llamo Marley. Espero a que mis humanos se duerman y me pongo a escupir piedrecitas para despertarlos. Todas las noches.
#5
Aterrorizo a todos mis compañeros de acuario (incluidos 2 caracoles indefensos) así que ahora vivo solo
#6
He intentado comerme un palo... 2 veces
#7
Arranco las plantas de las macetas para divertirme. Por eso no puedo tener cosas bonitas
#8
Me enfado cuando intentan mover la sirena. Es mía. / Acaparo comida en mi nido y luego no me la como. Pero me como la planta
#9
He intentado comerme inmediatamente al caracol nuevo
#10
Me dan mucho miedo las gambas Amano... tanto, que una me robó la comida de la boca y no hice nada para impedirlo
#11
Me he comido a todos mis compañeros de acuario
#12
Soy
demasiado pequeño y tímido como para salir de mi cueva de madera... Así
que estuve haciendo caca ahí, hasta que hubo demasiada y me tuve que
mudar
#13
Salté del agua e intenté morder los dedos de mi humana mientras me daba de comer
Me hice el muerto durante media hora metiéndome debajo de una roca
#15
Nos comemos a nuestros hijos :(
#16
Maltrato a los otros peces
#17
Me
llamo Dale. Mi peor enemigo es Blenny. Cuando mamá nos echa nori,
espero a que vaya a comer algo y voy nadando y se lo quito porque soy
así de grosero
#18
Me gusta tirar por ahí los trozos de coral después de que mi humano las coloque
#19
Trataba
mal a los compañeros de acuario, tanto, que mi dueña me llevó un mes a
una tienda de animales. Cuando volví, me dediqué a volver a perseguirlos
#20
Me llamo Marilyn y esta es mi celda de castigo, porque soy mala con mis compañeras de acuario
Quizá mordamos a nuestra "mamá" pero al menos no hacemos pruebas en animales
¿Puede una hormiga parecerse a un panda? ¿O un cangrejo a un leopardo?
Hay una larga lista de animales que han evolucionado para tener el
aspecto que tienen. Kevin Omland, profesor de ciencias biológicas en la
Universidad de Maryland, condado de Baltimore, explica que para algunos
se trata de impresionar a posibles parejas o intimidar a rivales
sexuales. Para otros, tiene que ver con el camuflaje, la
termorregulación o ahuyentar a los depredadores. Un ejemplo es la
serpiente escarlata real, que no es venenosa. Su parecido a la serpiente
de coral venenosa la ayuda a mantener a raya a los depredadores.
Algunos animales son imitadores a propósito, mientras que otros
parecen haber desarrollado la misma coloración que otros miembros muy
lejanos del árbol familiar animal. Estas son algunas de las criaturas
que no se pueden resistir a llevar estampados animales.
La hormiga panda
Aunque estos insectos blancos y negros forman parte de un grupo
denominado hormigas aterciopeladas, estos «pandas» son en realidad
avispas chilenas. Con un cuerpo blanco y negro muy peludo, cabeza blanca
y anillos negros alrededor de los ojos, el parecido de las hormigas
panda al emblemático oso chino es asombroso.
Según Denis J. Brothers, de la Universidad de Kwa-Zulu Natal en
Sudáfrica, son las hembras las que más se parecen a las hormigas. Sus
impresionantes marcas pueden actuar como advertencia para los
depredadores y sus aguijones pueden propinar una intensa picadura.
Los machos, que tienen alas, se parecen mucho más al aspecto que
esperamos de las avispas y carecen de aguijones. Justin Schmidt,
entomólogo de la Universidad de Arizona y autor de Sting of the Wild,
explica que esto se debe a que los aguijones de las hembras son
ovipositores modificados —órganos para poner huevos— que los machos no
tienen.
La oruga que imita a una serpiente
Las larvas de algunos esfíngidos ahuyentan a los depredadores
haciéndose pasar por crótalos letales. Cuando se sienten amenazadas, las
orugas pueden retraer las patas y expandir los segmentos delanteros del
cuerpo para cambiar de una humilde oruga a una terrorífica sierpe.
Sin embargo, no tienen mucho tiempo para poner a prueba
esta habilidad. Solo pueden imitar a una serpiente en el proceso
de muda, que ocurre durante un breve periodo dentro de sus 30 días de
vida como orugas.
Camuflaje de una sepia, imitando a un cangrejo ermitaño
La mariposa caimán o cocoposa
La mariposa caimán, también denominada cocoposa, posee una gran
estructura hueca en la parte superior de la cabeza que se parece a unos
ojos sobre una mandíbula alargada; sus ojos reales están en la parte
trasera de esa estructura. Para un depredador como un ave, esta máscara
puede parecerse demasiado a un reptil como para probar suerte.
Además de su disfraz facial, abre las alas para enseñar unos ocelos
que hacen que parezca un animal mucho más grande. Si nada de esto
funciona, puede emitir un olor apestoso para disuadir al depredador más
insistente.
La mosca abeja
«Nadie se mete con un abejorro», afirma Katy Prudic, entomóloga de la
Universidad de Arizona. Por eso la mosca abeja ha evolucionado para
parecerse a uno. Su cuerpo peludo y a rayas, cuyos colores varían según
la especie, la ayuda a disuadir a los depredadores, como los Phymatinae o las arañas cangrejo, que podrían intentar cazar a una mosca pero se lo pensarían dos veces antes de atacar a una abeja.
Esa chaqueta de pelo de abeja también ayuda a las hembras a colarse
en los nidos de las abejas excavadoras. Una hembra lanza los huevos en
el nido desde el ovipositor que tiene en el extremo del abdomen. Según
Prudic, es como un saque en el tenis, «con una precisión que haría que
Serena Williams estuviera orgullosa». Cuando los huevos eclosionan, las
larvas intrusas de mosca abeja devoran las reservas de polen y a las
propias larvas de las abejas.
El cangrejo leopardo
El cangrejo leopardo o cangrejo caja moteado tiene manchas similares a
las del leopardo. Y, según Jay Stachowicz, ecólogo marino de la
Universidad de California, Davis, tienen el mismo objetivo: coloración
disruptiva.
Para él, es como el estampado de camuflaje de un uniforme militar,
cuya intención es dificultar que se aviste a una persona desde la
distancia cuando se mueve. Si algo de un color liso se desplaza sobre un
fondo multicolor, destaca. Pero un uniforme multicolor moviéndose sobre
un fondo multicolor se confunde mejor.
Igualmente, cuesta más que un depredador distinga al cangrejo nadador Ovalipes ocellatus, que suele permanecer enterrado parcialmente en la arena, ya que sus manchas de leopardo lo camuflan en el fondo del mar.
El escarabajo hércules
El
escarabajo hércules, uno de los animales más fuertes del planeta, tiene
un buen motivo para llevar un «sombrero» de pinzas de cangrejo: su
«pinza» evolucionó para ajustarse a su estilo de combate, según un estudio de 2014 publicado en la revista PLOS One. El escarabajo utiliza la pinza de la cabeza para agarrar y levantar a sus rivales antes de luchar por las hembras.
Un cárabo californiano del norte (Strix occidentalis caurina) sobrevuela un bosque de secuoyas en el norte de California. Esta especie en peligro crítico de extinción es autóctona de los bosques primarios nubosos de la provincia canadiense de la Columbia Británica y de varios estados de Estados Unidos, como Washington y Oregón.
Fotografía de Michael Nichols, Nat Geo Image Collection
El lobo (Canis lupus), avistado mientras se alimentaba de un bisonte ahogado en el parque nacional de Yellowstone, fue prácticamente cazado hasta la extinción en los 48 Estados Unidos continentales. Las iniciativas de reintroducción en algunas partes de los Estados Unidos occidentales en los años 90 han contribuido a la recuperación de parte de la población.
Fotografía de Ronan Donovan, Nat Geo Image Collection
Un ciervo mulo (Odocoileus hemionus) camina por un pintoresco sendero sobre el río Buffalo Fork, cerca del parque nacional de Grand Teton. Los ciervos mulos, autóctonos del oeste de Norteamérica, tienen ese nombre por el gran tamaño de sus orejas, similares a las de las mulas.
Fotografía de Charlie Hamilton James, Nat Geo Image Collection
Un oso grizzly (Ursus arctos horribilis) fotografiado en Wyoming. Los grizzly vivieron en gran parte del oeste de Norteamérica e incluso por las Grandes Llanuras.
Fotografía de Joe Riis, Nat Geo Image Collection
Un oso grizzly pillado en el acto arrancando fruta de las ramas de un manzano en el parque nacional de Yellowstone, en Wyoming. Pese a ser superdepredadores, los mamíferos consumen frutos secos, bayas y fruta como parte de su dieta.
Fotografía de Michael Nichols
Un chimpancé (Pan troglodyte) cuelga de una rama sobre el estanque de Sakoto, en Senegal. Los chimpancés son muy ágiles a la hora de desplazarse a cuatro patas, pero les gusta columpiarse de rama en rama y suelen comer y dormir sobre los árboles.
Fotografía de Frans Lanting, Nat Geo Image Collection
Los buitres moteados (Gyps rueppellii) y los buitres dorsiblancos africanos (Gyps africanus) devoran un cadáver en el parque nacional del Serengueti, en Tanzania. Estos buitres son importantes recicladores en el ecosistema subsahariano, pero se encuentran en peligro crítico de extinción por la caza furtiva, el envenenamiento y el desarrollo urbano.
Fotografía de Charlie Hamilton James, Nat Geo Image Collection
Una rata gigante de Gambia (Cricetomys emini) fotografiada en la isla Bioko, en Guinea Ecuatorial. Estos roedores poseen un olfato excepcional y son muy hábiles a la hora de detectar el TNT de las minas abandonadas.
Fotografía de Christian Ziegler
Un cerdo hormiguero (Orycteropus afer), puramente nocturno, sale de su madriguera en el valle de Luangwa, Zambia. Los rasgos físicos del cerdo hormiguero, como el hocico largo y las garras achatadas, hacen que se le de bien excavar y buscar termitas.
Fotografía de Frans Lanting, Nat Geo Image Collection
Un primer plano de un facóquero común (Phacochoerus africanus) en el valle de Luangwa, Zambia, revela los rasgos típicos de la especie: colmillos afilados, cabezas planas y melenas ralas. Los facóqueros, unos animales muy flexibles, suelen revolcarse en el barro para combatir el calor y protegerse de los insectos.
Fotografía de Frans Lanting, Nat Geo Image Collection
Un elefante africano de bosque (Loxodonta africana), el mayor animal terrestre del planeta, se baña en el parque nacional de Loango, en Gabón. Los elefantes adoran estar en el agua para aliviar el calor y utilizan las trompas para rociar agua y capas de tierra para protegerse el cuerpo.
Fotografía de Michael Nichols, Nat Geo Image Collection
Una de las especies más raras de canguro arborícola, el canguro arborícola de Goodfellow (Dendrolagus goodfellowi), fotografiada en un árbol en las montañas Foja, Nueva Guinea. La pérdida de hábitat ha colocado a la especie al borde de la extinción.
Fotografía de Tim Laman, Nat Geo Image Collection
Una cámara trampa captura la imagen de un rinoceronte indio (Rhinoceros unicornis) ensangrentado en el parque nacional de Kaziranga, India. Aunque es enorme, el rinoceronte es muy ágil y veloz cuando es necesario: puede cargar a velocidades de hasta 48 kilómetros por hora.
Fotografía de Steve Winter, Nat Geo Image Collection
Dos cachorros de tigre de Bengala (Panthera tigris tigris) juegan en una poza en el parque nacional de Bandhavgarh, India. Los cachorros se independizan de sus madres a los 18 meses, cuando son lo bastante mayores como para cazar y dominar sus propios territorios.
Fotografía de Steve Winter, Nat Geo Image Collection
El lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) —fotografiado en Pantanal, Brasil— ha evolucionado para cazar entre la hierba alta de los pantanos y tiene unas patas larguísimas. Los lobos de crin cazan solos y usan su orina distintiva para marcar su territorio.
Fotografía de Joel Sartore, Nat Geo Image Collection
Un linsang africano (Poiana richardsonii) sale durante la noche para cazar en la isla Bioko, Guinea Ecuatorial. Estos carnívoros de aspecto felino suelen pesar menos de un kilo.
Fotografía de Christian Ziegler, Nat Geo Image Collection
Una cría de ciervo mulo (Odocoileus hemionus) pasa por Eagle Pass, en la parte sudeste del parque nacional de Yellowstone, Wyoming.
Fotografía de Joe Riis, Nat Geo Image Collection
Una cámara remota captura brevemente la cola de un cocodrilo africano occidental (Crocodylus suchus) que entra en su madriguera junto al turbio río Salamat, en el parque nacional de Zakouma, Chad. El río, en el que abundan los cocodrilos, también alberga al gran cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus).