"Prefiero no mostrar un tiempo y espacio determinados en mi trabajo. Creo que así se logra un efecto universal y primario. Y la tecnología me ayuda a romper con ello. Lo que me interesa como fotógrafo es mostrar lo inédito, lo nunca visto, así que juego con simbología y metáforas visuales", explica Johan a El Huffington Post.
Aunque alguno de sus modelos esté disecado, el fotógrafo prefiere trabajar con animales vivos. No busca un mensaje ecológico en su obra y no se encuentra tan interesado en describir la vida animal como en encontrar fuertes conexiones visuales que resuenen en múltiples niveles, nos comenta el sueco. El ambiente post apocalíptico y las referencias bíblicas a las que recurre pueden desembocar en lecturas relacionadas con el medioambiente o la política, admite, pero en realidad prefiere que el espectador viva una "experiencia visceral".
Un de sus metáforas recurrentes es la distintiva niebla que invade muchos de los instantes que crea. "Si se observa detenidamente la vida, la incertidumbre está en todas partes. Estamos acostumbrados a ella porque forma parte de nuestro día a día así que esa neblina no implica que encontremos verdades ocultas tras ella", apunta.
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