martes, 14 de mayo de 2019

La homosexualidad animal está más extendida de lo que creías

Más de 1.000 especies animales copulan con individuos de su mismo sexo por placer y para fortalecer vínculos sociales

Además de en humanos, la homosexualidad puede observarse frecuentemente en bonobos, delfines mulares, hienas, albatros o macacos japoneses, aunque, teóricamente, vaya en contra de la teoría de la evolución por selección natural planteada por Darwin, ya que impide la reproducción y, por lo tanto, la transmisión de material genético a las futuras generaciones.

Esto frena la evolución, pero lo cierto es que, al igual que ocurre en el caso de la especie humana, el sexo en el reino animal cumple funciones que van mucho más allá de la reproducción, como lo son el hecho de proporcionar placer o fortalecer los vínculos sociales.



Eso sí, es difícil encontrar animales estrictamente homosexuales, pues, al final, el instinto lleva a las especies salvajes a querer perpetuar su devenir, y esto solo lo permite la heterosexualidad. Por ello, muchos optan por la bisexualidad, que no solo posible la reproducción, sino que, además, según algunos estudios, la favorece al aumentar el apetito sexual de los individuos.

Una de las primeras veces en las que se observaron comportamientos homosexuales entre animales fue en el año 1910, cuando un grupo de investigadores que se desplazó hasta la Antártida para estudiar la mayor colonia de pingüinos Adelaida (Pygoscelis adeliae) del mundo fue testigo de cómo una pareja de machos cuidaba de un huevo que había sido abandonado.

Esto sugería que el comportamiento homosexual también podría jugar un papel importante en la reproducción y en la evolución, con lo que la vida gay en el reino animal dejó de ignorarse. A día de hoy, ya son más de 1.000 las especies en las que se sabe que se dan comportamientos homosexuales.



 

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