martes, 11 de septiembre de 2018


Ni la gripe ni el sarampión. Lo más contagioso del mundo es un bostezo y te retamos a ver todos estos vídeos sobreviviendo a las ganas de bostezar.

 

Es algo casi automático. Vemos a una persona bostezar y nos invaden unas irresistibles ganas de hacerlo nosotros. Por y rutinario que parezca el bostezo, su utilidad y las razones por las que se contagia siguen sin estar del todo claras.

Según algunos estudios, al bostezar logramos que el cerebro se enfríe, mejorando su funcionamiento y mejorando nuestra capacidad de alerta. Esto ha llevado a algunos especialistas a creer el contagio es un mecanismo que sirve para mantener alerta a los grupos de vigilantes nocturnos. Si uno bosteza, el otro también, y así todo el grupo refresca un poco su sesera.

Pero hay otras teorías, como la que indica que se produce cuando el nivel de dióxido de carbono en la sangre es algo más elevado de lo habitual, de forma que forzamos una entrada de oxígeno. Otros creen que tiene una función social -de ahí el que sea contagioso- y que permite a los animales que viven en grupo 'sincronizar' ciertas emociones. En 2013, Garrett Norris realizó un estudio que concluyó que el que te puedan contagiar un bostezo indica un cierto nivel de empatía.

En todo caso, que el bostezo es contagioso no es una observación nueva, ya la hizo Erasmo en 1508, cuando escribió "un hombre bostezando hace a otro bostezar". Y no solo ocurre entre hombres, también entre chimpancés:
 


 Esta musaraña, por ejemplo, lo hace de forma mucho más elegante:
  
Y pensarías que un búho, siendo un animal nocturno, no bosteza. Pero sí:
 
Los pandas son unos animales que parecen permanentemente dormidos. Y claro, se les escapan bostezos, también:
  
Y, como no, los perezosos también bostezan:
  
Aunque el rey del bostezo es, sin duda, el hipopótamo:
  
Aunque el premio al bostezo más siniestro es para los pelícanos:
 

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