Ni la gripe ni el sarampión. Lo más contagioso del mundo es un bostezo y te retamos a ver todos estos vídeos sobreviviendo a las ganas de bostezar.
Es algo casi automático. Vemos a una persona
bostezar y nos invaden unas irresistibles ganas de hacerlo nosotros. Por
y rutinario que parezca el bostezo, su utilidad y las razones por las
que se contagia siguen sin estar del todo claras.
Según algunos estudios, al bostezar logramos que el
cerebro se enfríe, mejorando su funcionamiento y mejorando nuestra
capacidad de alerta. Esto ha llevado a algunos especialistas a creer el
contagio es un mecanismo que sirve para mantener alerta a los grupos de
vigilantes nocturnos. Si uno bosteza, el otro también, y así todo el
grupo refresca un poco su sesera.
Pero hay otras teorías, como la que indica que se
produce cuando el nivel de dióxido de carbono en la sangre es algo más
elevado de lo habitual, de forma que forzamos una entrada de oxígeno.
Otros creen que tiene una función social -de ahí el que sea contagioso- y que permite a los animales que viven en grupo 'sincronizar' ciertas emociones. En 2013, Garrett Norris realizó un estudio que concluyó que el que te puedan contagiar un bostezo indica un cierto nivel de empatía.
En todo caso, que el bostezo es contagioso no
es una observación nueva, ya la hizo Erasmo en 1508, cuando escribió "un
hombre bostezando hace a otro bostezar". Y no solo ocurre entre
hombres, también entre chimpancés:
Esta musaraña, por ejemplo, lo hace de forma mucho más elegante:
Y pensarías que un búho, siendo un animal nocturno, no bosteza. Pero sí:
Los pandas son unos animales que parecen permanentemente dormidos. Y claro, se les escapan bostezos, también:
Y, como no, los perezosos también bostezan:
Aunque el rey del bostezo es, sin duda, el hipopótamo:
Aunque el premio al bostezo más siniestro es para los pelícanos:
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