Para Tanja Askani la naturaleza es sagrada, a instantes salvaje, dura y voraz, pero siempre acogedora y dispuesta a enseñar los valores
más nobles de este mundo. Quienes la han guiado en este viaje de
autodescubrimiento han sido los lobos, ellos han sido los que día a día
la han instruido en un lenguaje propio y a instantes maravilloso.
En la actualidad seguimos viendo a los lobos como a esos clásicos depredadores de nuestros bosques y nuestros montes sobre los que tanta tradición, leyendas y supersticiones se ha creado a su alrededor. Son salvajes, no hay duda, e implacables con sus presas, también lo sabemos. Sin embargo, hay un detalle muy concreto que a veces se nos escapa: los lobos comparten rasgos comportamentales muy similares a los del ser humano.
Tanja Askani, esta mujer que ha hecho de su pasión su forma de vida, intenta desvelarnos a través de su labor cómo son los lobos realmente y cómo entienden este mundo. Sus miradas, de un brillo que baila entre lo salvaje y lo sobrenatural, son el reflejo de una sabiduría indómita que merece ser conocida y ante todo, respetada.
Te hablamos de ella, te hablamos de la mujer que corre con los lobos.
Ya en aquellos años de infancia tuvo sus primeros contactos con los lobos, pero no fue hasta 1990 cuando se propuso que esa pasión, fuera su propósito: un propósito vital con el que sentirse bien, y ante todo útil a la naturaleza. Empezó a trabajar en el “Wild Parque Lüneburg” de Alemania, y si en un principio se hizo cargo del área de aves salvajes, no tardó demasiado en adentrarse de nuevo en los bosques para rescatar lobos heridos; lobos que se habían quedado sin territorios a causa de la tala masiva de árboles en algunos bosques.
Ha creado varias manadas de lobos. Viven en reservas, a salvo, ajenos a este mundo cambiante que parece no querer dejar espacio para la vida natural. Ha iniciado también múltiples proyectos de investigación para conocer mucho mejor a estos animales, y ha viajado a Canadá para rescatar a Naaja, una loba con la que ha creado un vínculo muy especial.
Uno de los logros más hermosos de Tanja Askani es crear todo un “territorio del lobo” donde quien lo desee, puede acercarse. Sin embargo, y a pesar de que muchos de esos lobos ya han sido criados a mano, hay un detalle que siempre debe dejarse claro al visitante: el lobo nunca será una mascota, su instinto salvaje siempre permanece intacto.
No hace mucho se hizo viral una imagen que nos sirve como ejemplo. Barbara Hermel Bach, una usuaria de Facebook, publicaba una imagen que ella misma había fotografiado: era una manada de lobos caminando en medio de un inhóspito paisaje nevado, donde los tres lobos que encabezan la fila, son los más viejos o enfermos. Tras ellos, les siguen los cinco lobos más fuertes.
En la actualidad seguimos viendo a los lobos como a esos clásicos depredadores de nuestros bosques y nuestros montes sobre los que tanta tradición, leyendas y supersticiones se ha creado a su alrededor. Son salvajes, no hay duda, e implacables con sus presas, también lo sabemos. Sin embargo, hay un detalle muy concreto que a veces se nos escapa: los lobos comparten rasgos comportamentales muy similares a los del ser humano.
Cuando pensamos en alguna especie animal con la que compararnos visualizamos casi al momento a los gorilas o a los bonobos. Ahora bien, aunque no nos guste tanto, muchos biólogos, antropólogos y naturalistas nos recuerdan que la marcada estructura social del lobo, sus jerarquías, su capacidad de adaptación y su infinita capacidad para sobrevivir a la adversidad los convierten en unas criaturas muy parecidas a nosotros mismos.“Salvaje no es quien vive en la naturaleza, sino quien la destruye”Compartir
Tanja Askani, esta mujer que ha hecho de su pasión su forma de vida, intenta desvelarnos a través de su labor cómo son los lobos realmente y cómo entienden este mundo. Sus miradas, de un brillo que baila entre lo salvaje y lo sobrenatural, son el reflejo de una sabiduría indómita que merece ser conocida y ante todo, respetada.
Te hablamos de ella, te hablamos de la mujer que corre con los lobos.
Tanja Askani: un propósito vital
Tanja Askani nació en Checoslovaquia, en una pequeña ciudad industrial. Siempre que podía su padre se la llevaba con él a los bosques, a adentrarse en ese entorno donde la vida tiene sus ciclos, sus secretos y sus maravillosos inquilinos. Aprendió desde muy temprano a respetar a los animales, a cuidarlos y ante todo a observarlos. Porque el mundo natural tiene un equilibrio propio que es necesario preservar.Ya en aquellos años de infancia tuvo sus primeros contactos con los lobos, pero no fue hasta 1990 cuando se propuso que esa pasión, fuera su propósito: un propósito vital con el que sentirse bien, y ante todo útil a la naturaleza. Empezó a trabajar en el “Wild Parque Lüneburg” de Alemania, y si en un principio se hizo cargo del área de aves salvajes, no tardó demasiado en adentrarse de nuevo en los bosques para rescatar lobos heridos; lobos que se habían quedado sin territorios a causa de la tala masiva de árboles en algunos bosques.
Ha creado varias manadas de lobos. Viven en reservas, a salvo, ajenos a este mundo cambiante que parece no querer dejar espacio para la vida natural. Ha iniciado también múltiples proyectos de investigación para conocer mucho mejor a estos animales, y ha viajado a Canadá para rescatar a Naaja, una loba con la que ha creado un vínculo muy especial.
Uno de los logros más hermosos de Tanja Askani es crear todo un “territorio del lobo” donde quien lo desee, puede acercarse. Sin embargo, y a pesar de que muchos de esos lobos ya han sido criados a mano, hay un detalle que siempre debe dejarse claro al visitante: el lobo nunca será una mascota, su instinto salvaje siempre permanece intacto.
Hermano lobo, aún tengo cosas que aprender de ti
La estructura social de una manada de lobos es algo fascinante y digna de admiración. Es muy estricta y jerárquica, el macho alfa y la hembra beta lideran un grupo de varios miembros donde todos tienen su misión. Sin embargo, lo que en un principio nos puede parecer algo duro se traduce siempre en algo maravilloso: un mecanismo implacable de la manada para poder sobrevivir.“Código del lobo: protege a tu familia, honra a los ancianos, enseña a los más jóvenes”Compartir
No hace mucho se hizo viral una imagen que nos sirve como ejemplo. Barbara Hermel Bach, una usuaria de Facebook, publicaba una imagen que ella misma había fotografiado: era una manada de lobos caminando en medio de un inhóspito paisaje nevado, donde los tres lobos que encabezan la fila, son los más viejos o enfermos. Tras ellos, les siguen los cinco lobos más fuertes.
- En el centro está el resto de la manada y justo en último lugar y en soledad, avanza el macho Alfa. Desde ese punto lo ve y lo controla todo. Sabe que si los más débiles encabezan la manada, no quedarán perdidos ni abandonados en ningún momento. La estrategia es perfecta y con ella, se garantiza la supervivencia de todo el grupo.
- Es algo sobre lo que reflexionar, algo sobre lo que sacar nuestras propias conclusiones. Los lobos son esos hermanos salvajes de los que aprender y en los que vernos reflejados en muchos otros aspectos: también ellos reaccionan con ira cuando se ataca a su familia, entienden de rivalidades y afinan como nadie el ingenio cuando las circunstancias se complican.
- Tienen un lenguaje corporal y acústico con el comunicarse, discuten entre ellos pero se cuidan, se quieren y entienden que lo más importante para ellos es su grupo, su manada, su familia…
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