Un nuevo estudio demuestra que los pequeños suricatos son más letales que otros animales, como los leones o los osos pardos
Adorables en imagen, gracias a la magia de Disney con ese achuchable personaje que es Timón en El rey león; pero con una realidad que nada tiene que ver a la que pintan desde la casa de Mickey Mouse. De fisionomía pequeña y grácil, es un carnívoro de apariencia simpática que esconde un pequeño secreto: es el animal más letal para los miembros de su misma especie.
A pesar de no ser un depredador como a los que estamos acostumbrados, como el león o el leopardo (que tampoco estarían en el top de animales letales), resulta curioso descubrir que los suricatos son los más letales entre ellos mismos. Al menos, es lo que ha demostrado un curioso estudio dirigido por José María Gómez, de la Universidad de Granada, que ha otorgado la medalla de oro al animal que más miembros de su propia especie mata a estos simpáticos y peludos mamíferos.
Este es el primer estudio en profundidad que Gómez dirige sobre violencia en el mundo de los mamíferos. Para su análisis, recopiló datos de más de un millar de especies, demostrando que no solo los humanos son capaces de matarse unos a otros sin piedad. Después de los suricatos, que son capaces de acabar con un 20% de sus propios congéneres, especies de primate como el mono de cola roja o el mono azul como tomarían el segundo y tercer puesto. Los pequeños lemures seguirían en este ránking del horror y parricidio, seguidos por, ahora sí, un depredador ‘clásico’, como el león marino.
El caso es que el objetivo de este estudio no era otro que entender los orígenes del propio comportamiento del ser humano, ya que Gómez, que normalmente está dedicado al estudio de diferentes especies de fauna y flora, se dio cuenta que este tipo de comportamientos podrían ser extrapolados al ser humano. En este caso, los comportamientos violentos entre miembros de la misma especie, para poder predecir el límite de los mismos y qué tipo de expectativas se podrían tener dentro del grupo de los mamíferos. Los resultados fueron claros: los seres humanos comenzaron siendo muy violentos allá por la prehistoria, pero la evolución nos ha convertido en animales tan violentos como cualquier otro mamífero, ya que seguimos siendo territoriales y sociales. Es más, según las predicciones de los investigadores: cuando nuestra especie evolucione, hasta el 2% del total podría tener como fatídica causa de muerte el haber sido asesinado por otro ser humano.
El estudio demuestra un factor clave: los seres humanos son animales, primates, y debería ser considerado a la hora de estudiar cualquier tipo de comportamiento. Tendemos a diferenciar entre seres humanos y el resto de animales, cuando en realidad se siguen patrones similares a la hora de entender cómo funciona nuestro cerebro y la manera de comportarnos en sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario