Ni los avestruces esconden la cabeza cuando tienen miedo, ni a los ratones les gusta el queso, ni los peces son tan desmemoriados como nos hizo creer Dory en Buscando a Nemo...s
1. Los lemmings son suicidas
Es cierto que los lemmings poseen una capacidad reproductora espectacular, pero lo de los suicidios masivos es solo cosa del juego, herencia de un mito que se popularizó a raíz de la película documental de Walt Disney White Wilderness, de 1958, que fue un fraude absoluto.
2. A los ratones les encanta el queso
En los dibujos animados, el queso es como la cocaína para los ratones. Los ratones son capaces de enfrentarse a gatos durante cientos de episodios simplemente para probar una migaja de queso. En la vida real, sin embargo, los ratones prefieren alimentos con cierta concentración de azúcar, como fruta o grano. Además, su buen olfato hace que los intensos aromas que emiten los quesos les resulten un poco repelentes.
3. Los avestruces entierran la cabeza para ignorar el peligro
Los dibujos animados nos han enseñado que, en caso de peligro, un avestruz entierra su cuello en la arena o suelo. Algo completamente falso.
4. Los peces son desmemoriados
Todos hemos escuchado aquello de que los peces solo tienen 3 segundos de memoria. Pero no es cierto: tienen una memoria que puede remontarse a varios meses en el pasado, y hasta pueden aprender algunos trucos de un entrenador con paciencia.
5. Los animales son buenos y no poseen ninguno de los defectos humanos
Quizá el término "violación" tiene una excesiva carga emocional que no puede darse en el reino animal. Pero no existe una palabra que describa una copulación forzada entre no humanos, de modo que se usa a pesar de todo. Así pues, decir "violación" en vez de "copulación forzada" no es relevante cuando hablamos de etología. Y lo mismo sucede con el asesinato y otras.
Así pues, podemos afirmar, por ejemplo, que hay patos que violan a otros patos. También existen también pájaros cornudos. Y entre las arañas existe el canibalismo sexual: las hembras esperan que el macho haya terminado de fecundarlas para matarlo y comérselo. Hay elefantes marinos que tienen harenes. Y hay otros animales que torturan, hacen prisioneros y manipulan. Hay también animales que se drogan o animales que son profundamente machistas o feministas. Y animales infanticidas: los leones machos, cuando consiguen convertirse en los machos dominantes de un grupo de leonas, inmediatamente acaban con la vida de todos los cachorros del anterior macho dominante que haya en el clan, para poder dejar él su propia descendencia.
6. Un año perruno equivale a siete años humanos
Lo cierto es que cada raza de perro envejece a su propio ritmo. Por ejemplo, los perros pequeños y medianos (menos de 25 kilos) lo hacen más despacio. Éstos tardan 10 años en llegar a la vejez, con lo cual el ratio es de unos 5 de sus años por uno nuestro.
7. Los camaleones cambian de color para adaptarse a su entorno
La verdad es que los camaleones cambian de color por razones que no tienen que ver con mimetizarse con el entorno o escabullirse de las amenazas sino por su salud, la temperatura, la luz y el humor que tengan. El camaleón pantera, por ejemplo, cambia a amarillo si se enfurruña. Hay otros que adquieren colores brillantes para atraer a la hembra. Otros, adquieren un color negro cuando hace frío (para absorber mejor la luz del sol) o blanco si tienen calor (para reflejar esta misma luz).
8. Los toros solo ven el rojo y los perros, en blanco y negro
Siempre se ha creído que el color rojo del capote de los toreros es lo que excita la bravura del toro. Pero no es así. Los toros acaso pueden distinguir un par de colores, y es el movimiento del capote lo que le excita realmente y no su color. La muleta es roja simplemente para disimular mejor la sangre.
9. Los camellos (y dromedarios) guardan agua en la joroba
Lo que en realidad almacenan es grasa, gracias a la cual pueden pasar hasta tres semanas sin comer.
10. El Correcamines existe, corre mucho y hace bip-bip
Para dar vida al pájaro de ficción, los creadores de la Warner se fijaron en el correcaminos (Geoco-ccyx californianus), ave del tamaño de un faisán que vive en los desiertos de México y Estados Unidos. También se le conoce como cuco chaparral. Aunque no desarrolla velocidades tan altas como en los dibujos animados, sino unos nada desdeñables 40 kilómetros por hora
No hay comentarios:
Publicar un comentario