Quien diga que los animales no sienten agradecimiento
es que no ha hecho mucho por ellos.
Y si no que se lo digan a Suzanne Gibbons y a Mike Fleming, cuya hazaña
del fin de semana pasado va a hacer que acabes de leer este artículo
con una sonrisa en la cara de oreja a oreja, te lo aseguro.
El pasado domingo, Suzanne
vio a un burro atrapado en un río que se había desbordado tras una inhundación.
Sin pensarlo dos veces y dado que ella sola no podía ayudar al animal,
escribió en la página de Facebook de la asociación Animal Heaven Animal
Rescue para ver si alguien podía echarle una mano. Mike Fleming, del
club de remo Killorglin respondió enseguida y
se presentó en el lugar con su bote, dispuesto a hacer todo lo posible por salvar la vida del pobre burro.
Le ataron una cuerda en torno al cuerpo y colocaron un flotador para que
no sumergiese la cabeza.
Así pudieron tirar del burro, que
poco a poco fue saliendo de la zona de peligro, exhausto por el esfuerzo que había estado haciendo.
Lo más asombroso de todo es que cuando el animal se sintió a salvo
reaccionó de la forma más tierna que podríamos imaginar: con una sonrisa de oreja a oreja.
Le pusieron el nombre de Mike.
Después
de secarlo y darle de comer, le ofrecieron un lugar tranquilo donde
descansar. Más tarde, un veterinario le puso un tratamiento de
antibióticos
para prevenir una neumonía.
Tenía un poco de agua en los pulmones, pero
el pronóstico fue bueno desde el principio.
El burro Mike pudo volver a casa, donde todos
le echaban de menos y lo habían dado por perdido después de buscarlo insistentemente. Al parecer, el animal escapó de su cuadra cuando, debido al viento de la tormenta, su puerta se abrió por accidente.