jueves, 7 de mayo de 2020

Gata entró a clínica con su cría para pedir ayuda veterinaria. No se movió hasta que las atendieron

Gata entró a clínica con su cría para pedir ayuda veterinaria. No ...
Esta tierna madre soprendió al personal del hospital, y a miles de personas en internet, al entrar al recinto con su gatito en su hocico. Necesitaban ayuda y no aceptaría un «no» como respuesta.
El amor de madre es una fuerza muy potente.
No importa si es una mujer que tiene que sacrificarse día y noche por sus hijos o una madre animal que defiende a sus crías ante feroces y gigantes y depredadores, esta fuerza invisible siempre está presente y permite que las mamás sean capaces de cosas sorprendentes. 
Pixabay

Así lo demostró esta gata, quien se transformó en toda una celebridad al ser fotografiada entrando en un hospital con su cría colgando de su hocico para pedir ayuda.

Esta felina vive en las calles junto a su camada de gatitos. Sin nadie que la ayudara a cuidar a sus crías, la madre se las tuvo que ingeniar para buscar atención médica cuando uno de sus hijos comenzó a tener problemas de salud. 
Lejos de abandonar al enfermo o dejar que muriera en sus brazos, esta madre decidió comportarse como un ser humano y tomar a su hijo y llevarlo al hospital más cercano.
@Jamushi7

El animal entró por la puerta principal de la clínica, logró llegar hasta una sala de espera y esperó pacientemente su turno para ser atendida.

Al verla, los profesionales de la salud se apuraron para ayudarla, sorprendidos por su ingenio y su comportamiento.
Los humanos se llevaron al pequeño gatito enfermo y le consiguieron la ayuda que necesitaba. Su madre, en tanto, esperaba paciente sentada en la sala de espera, cual madre humana preocupada por su pequeño. 
@Jamushi7
La tierna e impresionante escena fue documentada por un usuario de Facebook, quien fotografió al animal llegando al lugar con su cría y esperando ser atendida por los doctores.
El post, como era de esperar, se volvió viral de inmediato, con más de 20 mil personas celebrando el ingenio y la determinación de esta peluda madre, la que tomó la mejor decisión posible por la salud de su hijo, tal y como lo haría cualquier madre humana prudente.
@Jamushi7
El amor de madre es una potencia que hace que quienes tienen hijos hagan cosas espectaculares. Hay caso en que las mujeres muestran un instinto animal y fuerzas sobrehumanas desde su interior para defender a sus hijos. 

Otras, como esta gata, mostró un intelecto casi humano al llevar a su gato al hospital para pedir ayuda. Todo gracias al amor y preocupación que siente por sus hijos.

martes, 28 de abril de 2020

Los 5 animales más difíciles de domesticar

a domesticación de animales nos viene desde el principio de los tiempos. Sin embargo, hay algunos animales más difíciles de domesticar. Toma nota.

Tiburón difícil domesticar
Animales menos domesticables
Hace alrededor de 11 mil años, los humanos comenzaron a entrenar a algunos animales con diferentes motivos, para tenerlos como compañeros, para el trabajo o como fuente de alimento. A esto se lo llamó domesticación. Lo cierto es que no todos los animales pueden ser domesticados ya que deben cumplir con ciertos requisitos para ello. A continuación, te invitamos a conocer cuáles son los animales más difíciles de domesticar.
¿Por qué es difícil o imposible domesticar a ciertos animales?
Existen muchas causas que hacen que domesticar a ciertos animales sea algo prácticamente imposible de lograr. Algunos de ellos sienten tanta desconfianza por los humanos que prefieren huir apenas los ven. Otros animales no pueden ser domesticados, ya que su agresividad es tal que podría terminar por atacar o incluso matar a su criador.
La domesticación es un proceso evolutivo que ocurre cuando los humanos crían de manera selectiva a ciertos animales durante muchas generaciones, con el fin de acentuar sus rasgos útiles. Es el proceso de hacer que un animal individual se sienta cómodo con el ser humano.
Animales más difíciles de domesticar
La cebra
Desde la antigüedad se ha intentado domesticar a la cebra con el fin de utilizarla como transporte, y por ser un pariente cercano del caballo y de burro. Lo cierto es que todos los intentos han fracasado, ya que se trata de un animal siempre en alerta y bastante agresivo.
La cebra suele sospechar del resto de los animales, incluso de los humanos, y no le gusta ser montada. Al sentir que corre peligro lo más probable es que huya en el instante. Además, al ser un animal que corre con gran rapidez, capturarla es muy difícil. Si atrapas a una cebra que ha escapado es probable que lance patadas e incluso mordiscos.Cebras difíciles de domesticar
El gran tiburón blanco
Los grandes tiburones blancos han demostrado que no pueden estar en cautiverio, incluso se han golpeado su cabeza contra los acuarios al haber sido capturados. Esto se debe a varios motivos, se trata de un animal muy viajero que le gusta andar libremente por todo el océano y no se conforma con permanecer en un lugar estrecho.
Además, para sobrevivir necesita de una gran cantidad de agua, incluso en acuarios de gran tamaño no se sentiría a gusto. Cuando un tiburón blanco es capturado es normal que se vuelva agresivo y deje de comer.
Alces
El alce es una criatura digna de una gran inteligencia. Cuando fue utilizada para el campo de batalla, huyó en el instante en que uno de sus compañeros murió. También los intentos de utilizar su carne fueron nulos porque se resistían a ir al matadero cuando notaban que otro alce al ser llevado allí no regresaba.
Los mapaches
Pese a tener un aspecto que causa gran ternura, el mapache puede ser bastante agresivo y destructivo; por lo cual es considerado uno de los animales más difíciles de domesticar. Cuando están hambrientos o enojados suelen morder todo lo que encuentran a su alrededor. Además, son expertos a la hora de escapar y esta es una de las razones por las que el intento de domesticarlos ha fracasado.Mapache no domesticable
Hipopótamos
Tras varios intentos de domesticación que han terminado mal, el ser humano ha preferido mantenerse alejado del hipopótamo. Aunque no lo parezca, este animal ha matado a más personas que los leones o leopardos. Sus dientes son realmente grandes y son increíblemente rápidos a la hora de atacar.

jueves, 23 de abril de 2020

El galgo, un tipo genial

 Día Mundial del Galgo, la raza más maltratada de nuestro país

 

Los galgos han acompañado a faraones, reyes y conquistadores. Son uno de los animales más rápidos del mundo, pero su deporte favorito es estar tumbados. Ahora, los científicos estudian su perfecto cuerpo aerodinámico… y su curiosa personalidad

 

El mejor amigo del faraón Tutankamón era un galgo y, cuando murió, fue embalsamado para que pudiera acompañarle en la otra vida.

No es extraño: el galgo es una de las razas caninas más antiguas y asombrosas, con una personalidad fascinante. Un compendio de contradicciones. Es el perro más rápido del mundo y ocupa el puesto 18 entre los mamíferos más veloces. Pero su estado favorito es la inmovilidad. Le encanta estar tumbado. Puede dormitar 18 horas al día. Su pereza no es un capricho; necesita ahorrar fuerzas porque, cuando se lanza a correr, el derroche energético es tan explosivo que no tiene parangón en el reino animal.
The Wider Image: Puppy love: therapy pooches bring peace of mind
Es ideal para terapia con pacientes psiquiátricos y para acompañar a ancianos y niños, pues es empático y cuidadoso a la hora de moverse entre humanos, sin saltos. En la imagen, Andrés abraza a Argi.

Fue una de las primeras razas domesticadas, aunque siempre ha mantenido cierta distancia con el hombre, más que nada por su timidez. Y también por miedo y desconfianza (y no le faltan razones).

Pero sobre todo porque al galgo le gusta que respeten su espacio. No es de los que se desviven por acatar las órdenes de sus dueños. Obedece cuando le place. Es inteligente, pero no es fácil de adiestrar. No es el más apropiado para el pastoreo ni para la guardia. Ladra lo justo. Y casi nunca muerde. Sin embargo, ha sido perro de reyes, se lo menciona en la Biblia y en el Quijote. Y en la Península Ibérica hay constancia de la admiración que causaba entre los romanos ya en el siglo II a. C.

En carrera pasan de 60 pulsaciones a 320. Esto los expone a síncopes e infartos. Confían más en su vista que en su olfato

Una admiración que comparten los científicos de hoy, que estudian las características únicas de su carrera. José R. Alonso -neurobiólogo y catedrático de la Universidad de Salamanca- ofrece algunas claves. Empezando por la aerodinámica. Esbeltos, de cabeza afilada y patas finas y largas, todo su cuerpo es un prodigio de la ingeniería. Hasta las orejas actúan como los alerones de un Fórmula 1 en un túnel de viento.
Black and white greyhound portrait.
Siguiendo por el ‘motor’. «El corazón es enorme. Llega a alcanzar el 1,7 por ciento del peso corporal. En medio minuto de carrera, un galgo moviliza toda su sangre cinco veces», explica Alonso. Y si se trata de un galgo español, una de las once variedades registradas, su resistencia le permite medirse durante más de tres minutos con una liebre. La aceleración de la frecuencia cardiaca es brutal: pasa de 60 pulsaciones en reposo a unas 320. Esto lo expone a síncopes e infartos. Los galgueros suelen llevar en el botiquín pastillas de cafinitrina y parches de nitroglicerina para administrárselos en caso de crisis.

Mucha sangre

Luego está la excelencia del ‘combustible’. «Tienen una enorme cantidad de sangre -en torno al 11 por ciento del volumen corporal, más que un caballo de carreras- y una elevada cantidad de glóbulos rojos». Esto le permite oxigenar rápido las células. El galgo puede aumentar 37 veces su capacidad pulmonar durante el ejercicio. Y el ‘chasis’ también ayuda: tórax amplio y grandes pulmones.

«Los músculos implicados en el galope tienen una elevada proporción de fibras de contracción rápida, que llegan a multiplicar por 15 su potencia energética. La coordinación entre las diversas musculaturas implicadas en el galope les proporciona empuje adicional -añade Alonso-. La piel es muy fina, sin apenas grasa y sin la doble capa impermeable de pelo que suelen tener otras razas caninas. Y, además, es alto, pero pesa poco». Un galgo español ronda los 25 kilos. Esto tiene un coste. Los galgos son frioleros y se hacen heridas con facilidad. El pelo es corto y tupido, lo cual, sumado a la poca grasa de su piel, hace que sean uno de los pocos perros que no huelen a perro. En la raza española -que desciende del podenco ibicenco y el galgo árabe- apenas quedan ejemplares de pelo largo, aunque los hubo…

Como el guepardo

Finalmente, el estilo. Nada académico. «Los galgos corren de un modo muy particular. Se conoce como ‘galope de doble suspensión’ (no se parece al de los caballos, más bien al de los guepardos). Hay dos posiciones en las que apoya las cuatro patas en el suelo, contraída y distendida, y entre medias el salto es explosivo gracias a su potencia muscular y a la flexibilidad de su columna vertebral, que actúa como un arco».
galgos perro caza abandono
Una selección de miles de años ha convertido a los galgos en atletas. 

Su cuerpo se ha ido transformando para convertirlos en la raza de perro más rápida del mundo. Pueden alcanzar hasta 72 kilómetros por hora, duplicando la velocidad de Usain Bolt.

El galgo es un atleta de élite, un esprínter nato. Puede alcanzar hasta 72 kilómetros por hora, casi duplicando la velocidad de Usain Bolt. «En una vuelta alrededor de una pista de atletismo, un galgo gana a un caballo de carreras, sobre todo por su salida explosiva; pero si la carrera es más larga, el caballo termina superando al galgo», afirma. ¿Y contra un guepardo? «El guepardo tiene una velocidad muy superior (112 kilómetros por hora), pero solo puede mantenerla unos 200 metros. El galgo va más lento, manteniendo su velocidad máxima hasta los 250 metros». Pero es capaz de mantener una velocidad de crucero muy alta durante más tiempo. Tiene, además, gran habilidad para tomar las curvas. Los poderosos músculos de las caderas les permiten equilibrar las fuerzas centrífuga y centrípeta. Y cambiar de dirección, zigzagueando. Lo que le permite imitar los quiebros de las liebres, sus frenazos y acelerones.

El galgo siempre estuvo con nosotros. Lo apreciaron visigodos y andalusíes. Y los fueros y leyes medievales penaban con la muerte su maltrato. Sufridos y silenciosos, acompañaron a los conquistadores españoles en los galeones. Cuando la embarcación tocaba tierra, los soltaban para abastecer de carne a la tripulación. Tiene un instinto depredador muy fuerte. Cuando salta una liebre, su reacción es automática… Sin embargo, suele ser amigable con perros de razas pequeñas y tampoco suele tenerles manía a los gatos, quizá porque comparte con ellos el gusto por la independencia. Se deja mimar, pero solo un ratito. Más rarezas: confía más en su vista que en su olfato. Y dispone de visión estereoscópica: capta mejor los objetos en movimiento.
Hounding Misery: The Misfortune of being a Spanish Greyhound
La caza de liebres con galgos data de la época de la Reconquista. 

Hoy persiste por diversión. El maltrato y abandono de galgos ha disminuido, pero no se ha erradicado.

El siglo XX fue un desastre para la raza autóctona española. La afición de la aristocracia por los canódromos propició la importación del greyhound inglés, más potente y veloz, pero menos resistente que el español, con el que se cruzó a destajo. Hoy no quedan ejemplares españoles puros. En el medio rural alivió el hambre de muchas familias. «En la época de la escasez de los años cincuenta y sesenta, los jornaleros no tenían dinero para comprar escopetas y cartuchos porque eran muy caros y con los galgos podían coger una liebre, quizá la única carne que llegaba a las mesas de estos trabajadores», rememora Antonio Romero, expolítico andaluz y galguero.

 

viernes, 17 de abril de 2020

Nuevos turistas: los animales toman las ciudades del mundo

Nuevos turistas: los animales toman las ciudades del mundo
Lo habíamos visto en películas postapocalípticas, pero hoy es una realidad. Confinándonos en casa, hemos dejado las ciudades desiertas, y la naturaleza avanza por nuestras calles. Las imágenes de Reino Unido, Francia, España, Japón o Chile nos muestran esta realidad.

  • Christophe Clovis / Bestimage

    Algunos se acercaron a la Plaza de la Concordia en París, habitualmente repleta de turistas.
  • Peter Cziborra

    Romford, Reino Unido

    Los ciervos empiezan a acercarse a las zonas residenciales. Y los habitantes aprovechan para compartir con ellos un aperitivo.

martes, 14 de abril de 2020

Captan a corderos jugando en parque para niños durante la cuarentena


Los animales se están apoderando de los espacios creados por el hombre generando escenas divertidas como esta. 

Uno de los efectos secundarios más notables del distanciamiento social ocasionado por la pandemia del COVID-19, es que la vida silvestre se ha hecho presente en las calles del mundo.
Desde peces apareciendo en los canales de Venecia, hasta un puma caminando por las calles de Chile, los animales poco a poco comienzan a reclamar territorio.




Ahora se hicieron presentes un grupo de corderos y otro de cabras, los cuales aparecieron en los barrios de Gran Bretaña. Hace unos días, una manada de cabras montesas invadió la ciudad galesa de Llandudno causando una situación divertida.

 Si bien las cabras pudieron haber hecho algunas travesuras, Debbie Ellis captó un momento de ternura en su patio en Preston. Un grupo de corderos decidieron jugar y hacer un poco de ejercicio en los juegos para niños.


lunes, 6 de abril de 2020

Fauna salvaje en las ventanas: el silencio del confinamiento acerca los animales a las ciudades


Los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid han observado cómo algunas especies están saliendo de los limites de las áreas naturales

 
Un murciélago orejudo en la persiana de una vivienda
Un murciélago orejudo en la persiana de una vivienda - Comunidad
 
Madrid es ese bocado en el corazón de la península ibérica que esconde sus ríos bajo la tierra y que rellena de hormigón armado las heridas de los cimientos. Ese paisaje de rebollos, abedules y tejos que dibujaban su mancha verde y ocre, hoy, a vista de pájaro, solo devuelve el reflejo rojizo de los tejados, al menos en la capital. Pero la naturaleza siempre vuelve. Son precisamente las aves las primeras que han recuperado «su espacio» a medida que ha ido avanzando el forzoso confinamiento por el coronavirus. El vital gesto de responsabilidad ha devuelto una paz impuesta, un silencio casi onírico que solo se rompe al caer la tarde por la ola de aplausos.
Una pareja de cernícalos primilla en una antena de televisión
Una pareja de cernícalos primilla en una antena de televisión - Comunidad
Entre tanto, los cernícalos primilla, en parejas, se posan sobre las antenas de televisión. El más pequeño de los halcones –en peligro de extinción– se deja ver con más facilidad en los núcleos urbanos, como las cigüeñas o los buitres negros. Un parón de los humanos, al fin y al cabo, siempre es una pequeña tregua para la fauna. El acercamiento de animales salvajes ha sido una tendencia que los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid vienen observando desde que se decretó el estado de alarma . Los miembros de este cuerpo, que forma parte del operativo especial de seguridad por el Covid-19, están encargados de la vigilancia de las especies que viven en la región durante todo el año. Pero, durante estos días, han visto con asombro cómo algunas de las más esquivas se dejan ver con relativa facilidad. «Estamos en una época crítica para algunas aves como el buitre negro, en pleno proceso reproductivo, y paradójicamente esta situación está siendo muy buena. También para las águilas imperiales», explica a ABC Miguel Higueras, jefe del operativo.
Búhos reales anidando en una terraza de un edificio
Búhos reales anidando en una terraza de un edificio - Comunidad
Las especies forestales también están explorando el borde de carreteras, áreas de descanso y los propios núcleos urbanos. Gamos, corzos, ciervos y zorros «curiosean» ahora ante la ausencia de ruidos y luces que normalmente los ahuyentan. «Los jabalíes, que están en su época reproductiva, son algo más esquivos. De no ser por eso, seguro que estaríamos viendo incursiones en muchos pueblos e, incluso, en la capital», añade Higueras. Una muestra de que el confinamiento ha «cambiado» sus hábitos es el avistamiento de algunos animales cuya presencia es realmente extraña en zonas con actividad humana. «En zonas rurales se están dejando ver ginetas, comadrejas y garduñas, carnívoros de los que no es nada habitual poder estar cerca», dice. Sin embargo, las áreas metropolitanas también están viviendo la «curiosidad» animal. Los agentes forestales han recibido numerosos avisos en áreas metropolitanas. «Hemos podido fotografiar a búhos reales anidando en una terraza. Ahora es más factible para determinadas especies ocupar zonas que son buenas para hacer nidos», asegura. Incluso algunos se quedan a las mismas puertas de las viviendas. «Por ejemplo, un Plecotus (murciélago orejudo) en una persiana. Es realmente raro verlo en una ciudad», asegura.
Una cigüeña negra atropellada recogida por los agentes forestales
Una cigüeña negra atropellada recogida por los agentes forestales - Comunidad

Vigilancia en la naturaleza

Los agentes forestales confían en que la vuelta a la normalidad sea «paulatina» para evitar que se produzcan cambios bruscos en la fauna. De momento, quienes estén autorizados a conducir por las carreteras deben extremar las precauciones. Los agentes velan también por que nadie se salte el confinamiento. «Hasta el pasado viernes hemos interpuesto 68 denuncias», explica. «Esta crisis está mostrando la contribución impagable que hacen a diario cuerpos tan emblemáticos como los Bomberos o los Agentes Forestales», destaca Enrique López, consejero de Justicia, Interior y Víctimas.

martes, 31 de marzo de 2020

Estos animales también practican el distanciamiento social para no enfermar

ChimpancéSe han observado chimpancés atacando y expulsando a otros chimpancés con enfermedades visibles.


En los países más afectados por la pandemia de coronavirus, muchas personas tienen dificultades para evitar el contacto con otras personas y quedarse en casa.

Sin embargo, el distanciamiento social no es un concepto nuevo en el mundo natural, donde las enfermedades infecciosas son habituales. De hecho, varias especies sociales expulsan a los miembros de su propia comunidad si los ha infectado un patógeno.

Es difícil, porque como nos explica Joseph Kiesecker, científico principal de The Nature Conservancy, no siempre es «fácil distinguir» a los individuos infecciosos.
Sin embargo, los animales pueden detectar determinadas enfermedades (a veces antes de que aparezcan síntomas visibles) gracias a sus sentidos especializados y modificar su comportamiento para evitar enfermar.

Las abejas melíferas y los chimpancés, por ejemplo, pueden ser implacables a la hora de expulsar a los enfermos.
Las enfermedades bacterianas que afectan a las colonias de abejas, como la loque americana, son particularmente devastadoras, ya que acaban con las larvas de abeja desde dentro. «Dejan un residuo viscoso de color castaño. Y huele muy muy mal», explica Alison McAfee, investigadora posdoctoral del departamento de Entomología y Patología Vegetal de la Universidad del Estado de Carolina del Norte.

Según la investigación de McAfee, las larvas infectadas emiten sustancias químicas reveladoras que pueden oler las abejas mayores, como ácido oleico y β-ocimeno, una feromona de las abejas. Una vez las identifican, las abejas expulsan a los miembros infectados de la colmena.

Como esta adaptación evolutiva protege la salud de una colonia, apicultores e investigadores han criado de forma selectiva este comportamiento durante décadas. Ahora, estas abejas más «higiénicas» zumban por todo Estados Unidos.

«En realidad no es tan diferente»

En 1966, cuando estudiaba chimpancés en el parque nacional de Gombe Stream, Tanzania, Jane Goodall observó a un chimpancé llamado McGregor que había contraído la polio, causada por un virus muy contagioso.

Sus compañeros lo atacaron y lo expulsaron del grupo. En una ocasión, el chimpancé parcialmente paralizado se acercó a los otros chimpancés que se acicalaban en un árbol; privado de contacto social, extendió la mano como saludo, pero los demás se alejaron sin mirarlo siquiera.

«Durante dos minutos enteros, el viejo [McGregor] permaneció sentado, inmóvil, observándolos», escribió Goodall en su libro de 1971 En la senda del hombre.

«En realidad, no es tan diferente de la reacción de algunas sociedades ante una tragedia como esa en la actualidad», contó al periódico Sun Sentinel en 1985.
Día de las especies en peligro de extinción
Día de las especies en peligro de extinción
Conoce a una de las heroínas que tratan de salvar a las especies en peligro de extinción: Jane Goodall
Goodall documentó otros casos de chimpancés con polio excluidos durante su investigación, aunque señaló que, en algunos casos, el grupo readmitió a los individuos infectados.
Al igual que los humanos, los chimpancés son criaturas visuales y hay estudios que sugieren que el estigma inicial de los chimpancés con polio podría ser producto del miedo y el asco que sienten por sus deformidades, algo que forma parte de la estrategia de evitar contraer la enfermedad que provoca dichas deformidades.

Los animales son listos

No todos los animales muestran tanta agresividad hacia sus compañeros convalecientes; a veces, es tan simple como evitar a aquellos que podrían infectarte.

Antes de que Kiesecker empezara a estudiar a los renacuajos de rana toro a finales de los 90, los modelos que predecían la propagación de enfermedades dentro de grupos de animales salvajes asumían que el contacto con individuos infectados era aleatorio.

Suponían que cada miembro de la población tenía las mismas probabilidades que cualquiera de contraer la enfermedad.

«Pero es evidente que los animales son más listos», afirma Kiesecker.

En sus experimentos, Kiesecker descubrió que los renacuajos no solo podían detectar una candidiasis letal en otros renacuajos, sino que los individuos sanos trataban de evitar a los enfermos. Como las abejas melíferas, los renacuajos determinan quién está enfermo y quién no a partir de señales químicas.

Las langostas comunes del Caribe también rehúyen a los miembros enfermos de su comunidad mucho antes de que sean contagiosos.

Normalmente, las langostas infectadas con el virus mortal Panulirus argus tardan unas ocho semanas en volverse contagiosas. Las langostas, que son animales sociales, ya empiezan a evitar a los enfermos cuatro semanas después de la infección, cuando son capaces de detectar determinadas sustancias químicas que producen los individuos enfermos.

Elegir a la pareja adecuada

En lo que respecta al apareamiento, muchas especies son muy exigentes a la hora de seleccionar a una pareja sana.

Por ejemplo, los ratones hembra pueden determinar si sus posibles parejas están infectadas de alguna enfermedad olisqueándolas. Si el ratón hembra huele una infección parasitaria en la orina del macho, es probable que pase a otras parejas más sanas, según los investigadores de la Universidad de Ontario Occidental.

El pez guppy (Poecilia reticulata) macho sufre un escrutinio similar por parte de sus parejas en potencia. Los peces hembra prefieren a parejas sin parásitos de forma aplastante. Una combinación de pistas visuales de una infección, como las aletas pinzadas o la palidez, y determinadas sustancias químicas que emite la piel infectada delata a los machos enfermos.

En general, cabe destacar que, a diferencia de nosotros, los animales no saben que «si se quedan en casa, quizá reduzcan la tasa de transmisión», explica Kiesecker. «Como humanos, nosotros sí podemos hacerlo. Es una diferencia importante».